El 2011 para el sector de la burguesía que hoy tiene el control político del Estado, va a ser un año de grandes ganancias. Deteniéndonos un instante en la cifra que planean fabricar en cuanto a los vehículos (850.000 como piso) nos damos cuenta rápido de esto.
El gran problema que ellos tienen es el palo en la rueda que estamos poniendo la clase obrera en conjunto con todo el pueblo, con movilización y lucha en todos los rincones. Ellos hacen agua a la hora de querer convencer a la gente de su proyecto y sus trampas son tomadas, más que como trampas, como impunidad de parte de todo el aparato que ponen a funcionar (sindicatos, políticos, medios de comunicación, etc.). El rechazo a todo lo que viene ya impuesto desde arriba, en forma prepotente y nada democrática, sumado a la gran exigencia de los mercados internacionales para cumplir los contratos ya firmados, expresan la esencia de su debilidad y nuestra posibilidad política de dar pasos adelante.
Pasos que tienen que ir por el camino de la unidad, no sólo dentro de cada establecimiento de trabajo sino también entre trabajadores de distintas fábricas y su relación con todo el pueblo. La experiencia vivida en Villa Constitución donde todo el pueblo luchó unido en la calle, en las fábricas, en las escuelas, en todos lados, por algo tan sentido como los puestos de trabajo de 900 familias, nos pone un nuevo desafío como pueblo: unidad para golpearlos.
Es imposible sostener la ola de aumentos de precios, los que se van a venir para las fiestas y para el comienzo de clases en febrero sin aumentos de salarios. Se abre un nuevo momento de reclamos salariales, ellos lo intentarán postergar a marzo, pero el horno no está para bollos. La tensión que se vivirá hará de estos meses un verano caliente.
A la hora de querer imponernos sus planes de súper-explotación con esa impunidad que los caracteriza, van a tener que pensarlo dos veces. De este lado, el camino de la unidad ya está andando y no tiene vuelta atrás.