Las corporaciones sindicales ya no pueden ocultar sus debilidades políticas. Lo más significativo de esta situación es que los trabajadores cada vez nos fortalecemos más políticamente, nos organizamos, luchamos y salimos a la calle SIN ELLOS Y SIN CABEZONES a dejarles muy claro que cuando declaran cantidades de trabajadores en negro, índices inflacionarios, aumentos salariales irrisorios y en negro, y toda barrabasada que se les ocurra, están hablando de nosotros, están hablando de las condiciones de vida miserables a las que cotidianamente les hacemos frente los trabajadores.
Es sabido que los sindicatos transan abiertamente con el oficialismo de turno, pero lo que hoy dice en los medios de comunicación el ministro de salud de la provincia del Chaco en concordancia con “sospechosas” conversaciones con el secretario general del gremio de los empleados públicos ES INTOLERABLE. Resulta que ahora “El magistrado se ofende” –juzgando seguramente conforme sus propias condiciones vitales, es decir SU BOLSILLO- porque un grupo de compañeros ha realizado “medidas de fuerza injustificadas” por las que le harán descuentos e incluso darán de baja a trabajadores contratados. En un portal declara sin empacho: “Después de negociar durante tantos días, después de otorgar casi 400 bonificaciones por mayor dedicación e insalubridad y después de anunciar el pase a planta de unos 900 trabajadores antes de fin de año, NO SE PUEDE INSISTIR CON MEDIDAS DE FUERZA». Evidentemente los funcionarios y los cabezones sindicales de la burguesía se están defendiendo compulsivamente de la capacidad de lucha, unión y organización de los trabajadores de la salud.
En el Chaco, el kokismo – una perfecta fusión entre el progresismo kirchnerista y el menemismo más ortodoxo- pretende apagar el fuego de la lucha ya sea a través de los gremios que tratan de desmovilizar todo el tiempo o con la política reaccionaria que caracteriza a estos sirvientes de la burguesía: DESCONTÁNDONOS DE LOS SALARIOS DE HAMBRE QUE SUFRIMOS, LOS DÍAS DE PARO en el mejor de los casos, despidiéndonos en muchos otros. Cada vez que algún sector se organiza y lucha intensivamente, y más aún si se une con otros sectores movilizados, los sindicatos, los funcionarios políticos y los monopolios actúan como una sola empresa tratando de frenarnos. Lo que pasa es que, en realidad, lo que se ve venir la burguesía es la unidad de todos los trabajadores y distintos sectores que diariamente nos encontramos en las calles de la provincia expresando UN SOLO GRITO DE BRONCA QUE LES DICE BASTA, basta de plata en negro, de trabajo en negro y de inflación.
Luchamos por plena ocupación, $5300 al básico –más o menos en lo que está la canasta de insumos mínimos indispensables para vivir dignamente- y ningún tipo de descuento por reclamar lo que es nuestro.