“Insólita huelga gremial”, “desastroso paro”, “paro patronal”. Estas fueron algunas de las expresiones con que se calificó el “paro” realizado en el día de ayer, por la Unión Ferroviaria y La Fraternidad, llamando a repudiar la efectivización de los 2.052 tercerizados, producto de la lucha que vienen desarrollando hace tiempo.
Casualmente, esta semana, la fiscal en lo criminal, Cristina Caamaño, pidió que el secretario general de la Unión Ferroviaria (UF), José Pedraza, sea interrogado como imputado en la causa de Mariano Ferreyra.
La efectivización de los trabajadores contratados y el procesamiento de los siete detenidos por el asesinato de Mariano Ferreyra dieron el puntapié para la “medida” tomada por el gremio, a la defensiva. Mostraron la decadencia que presentan como institución de la burguesía. Atraviesan la misma crisis política.
Aunque tienen poder, la lucha de los trabajadores los desenmascara, y les desmorona completamente sus sucios negocios que quedan expuestos ante la sociedad como producto de sus mafiosas maniobras. Esta situación desespera al gremio y a la empresa que, producto de la profunda debilidad política, hacen semejante medida aberrante, lo que genera cada vez más rechazo de la clase trabajadora y de la sociedad en general. La medida no pudo ser peor, pero a la hora de reflejar lo que son, los pinta de manera perfecta.
Nada más lejos del interés de los trabajadores. Los sindicatos, intentan sostenerse, pero se caen a pedazos. La dirigencia sindical no hace más que enfrentarse a los trabajadores. Sólo apuntan a ir en contra de un logro de los trabajadores, buscando sus negociados, detrás de la política que representa los intereses de la burguesía. A Pedraza se lo acusó recientemente por una supuesta estafa millonaria a los trabajadores de su gremio, por medio de un seguro de sepelio. La Justicia lo procesó incluso por eso, pero por esto no hicieron paro. Los grandes negocios empresarios van de la mano con los sindicatos, negocian por millones y millones con los empresarios y reciben millonarios subsidios del Estado.
Aún hay muchos “Pedrazas” que hoy son merecedores del rechazo de los trabajadores que se organizan por fuera de estas instituciones a las que repudian con todo el odio de clase que genera la vida misma en este sistema.
Lo que queda claro, es que la lucha sigue, desde la organización de los trabajadores, con objetivos bien claros: TERCERIZADOS Y CONTRATADOS NUNCA MÁS.