Derrota, victoria, son palabras que quizás deberíamos empezar a dejar de usar en nuestro léxico en la etapa del enfrentamiento clasista en que vivimos. Hoy cada conflicto obrero, cada enfrentamiento popular, se logre o no el objetivo que lo produjo, tiende a instalarse en el tiempo debido a que, en cada uno, se logra ratificar la justa causa que lo convoca, se comprueba el poder que da la unidad y la movilización, florecen las nuevas vanguardias y su organización, y se rompe con el tabú de que el destino al que nos conduce el sistema no se puede cambiar.
Tal es el caso de los tanineros del noreste – como tantos otros- que arrancaron el conflicto en febrero del presente año logrando conquistas económicas, continuaron en junio, y la semana pasada los trabajadores de INDUNOR y UNITAN de La Escondida, La Verde y Formosa, comenzaron paros de 2 horas por turno por el reclamo salarial que está vigente desde el 28 de abril. Requieren el 24% de aumento para el básico y 40% para la apertura de categoría, de la cual restaría el 22% porque ellos ya cuentan 18% desde hace 25 años.
La toma de la planta de UNITAN en la ciudad de Tirol (Chaco) se produjo el sábado último cuando el tuno tarde se encontró a las 12 del mediodía con la planta cerrada negando de hecho “el derecho” al trabajo. Sin medias tintas la planta fue tomada de inmediato, manifestando los obreros que si las cosas no se aclaran y no se da solución a sus demandas insatisfechas, hoy lunes se continuará la toma con el corte de la ruta 16 y el acceso al parque industrial.