El salario, sigue siendo el jugoso banquete de la oligarquía financiera en nuestro país. La rentabilidad que obtienen, a partir de la explotación de los trabajadores con salarios a muy bajo costo y con mano de obra calificada, es la principal causa de la inversión y los negocios, promovidos por las políticas del gobierno de los monopolios.
Según los datos oficiales (teniendo en cuenta que los datos son del INDEC), el salario promedio en la Argentina de quienes trabajan en blanco es de $2.200 de bolsillo. Igualmente esta cifra publicada por el INDEC -que ya de por si es escalofriante- se contrapone con otras cifras publicadas por la misma institución. Por ejemplo:
– 45% de los asalariados argentinos tienen remuneraciones por debajo de la línea de la pobreza, es decir por debajo de $1270.
-El 49% de los trabajadores activos perciben salarios en negro, lo cual permite abaratar aún más los salarios de los trabajadores que mantienen un trabajo precario o un subempleo.
Y así, podríamos seguir publicando datos, que no hacen mas que confirmar la realidad que vivimos los trabajadores día a día, sumándole la tremenda inflación de los precios.
En medio de toda esta cruel realidad, anuncian a través de los medios de comunicación que subirán el salario mínimo de $1.870 a $2.200, como una medida popular del gobierno y la CGT.
Por su parte, los gerentes de los monopolios anuncian que una de las preocupaciones fundamentales que tienen para sus negocios es la creciente lucha salarial en todo el país. Es decir que no todo es color de rosas para la oligarquía financiera. Ya que sus negocios se ven entorpecidos por la tremenda lucha de clases desatada. Mientras que la burguesía y su gobierno necesitan “estabilidad”, para garantizar los negocios y los planes de rentabilidad, los obreros le escupimos el asado, avanzando en la lucha por las conquistas.
Carlos Tomada difundió el informe del ministerio de trabajo del último trimestre, donde se publica que se registraron 494 huelgas en las que intervino, que implicaron a 694.000 huelguistas y significaron casi 2 millones de jornadas laborales individuales. En este último periodo, se incrementaron los paros en el sector estatal. Y como dato fundamental, los conflictos por mejora salarial representaron el 48% de su totalidad, mientras que le siguieron con el 15% los reclamos por pagos adeudados.
Desde ya que los datos del ministerio de trabajo son referidos a las huelgas registradas, sin tener en cuenta las innumerables cantidades de luchas y movilizaciones de todo tipo que se dan en el ámbito laboral. Pero son un pantallazo de que la clase obrera de nuestro país avanza hacia las conquistas con la lucha y que materializa con la movilización del pueblo, el movimiento revolucionario que crece.