No puede extrañar a nadie la reciente respuesta -intolerante y reaccionaria- de la presidenta Kirchner, que tan bien representa a los intereses de los monopolios. Mucho más si se trata de defender los intereses de la empresa Roggio – Metrovias, tan amigables para el gobierno. Empresa que, vale la pena recordar, tiene la concesión de un gran negocio, en donde “administra” una recaudación con la que recauda millones, por la que no puso ni pone un solo peso.
En este marco, el discurso presidencial tan difundido en las últimas horas, tilda de “actitudes egoístas e insolidarias” las denuncias de los trabajadores del subte, por más de 30 casos de tendinitis, provocadas por la metodología de recarga de las tarjetas SUBE y Monedero.
Para ser más precisos, veamos a qué se refiere la presidenta cuando dice actitudes egoístas e insolidarias. En el día de ayer, el secretario de transporte Juan Pablo Schiavi, anunció el inminente aumento en los precios del transporte. El gobierno destina aproximadamente 4 millones de pesos mensuales en subsidios, para mantener el valor del transporte. Una gran parte de la recaudación del Estado, a partir del cobro de impuestos de todos los argentinos, es destinada a los bolsillos de los monopolios en subsidios para las grandes empresas de servicios.
Desde el gobierno, se presenta esto como una medida popular, aduciendo que de esta manera, han planchado las tarifas. Pero lo que no dicen es que por un lado, los subsidios salen de la recaudación de impuestos a la clase obrera y al pueblo; y por otro lado, tampoco dicen que la verdadera esencia de los subsidios es para que las empresas monopólicas que facturan millonarias ganancias, no pierdan un centavo. Por lo tanto ¿Cuál sería la medida popular? ¿Por qué no absorben las empresas monopólicas la inflación que ellos mismos generan?
Ahora sí, nos cierra más la idea de egoístas e insolidarios de la presidenta. Pues a lo que se refiere, es que la lucha por las mejores condiciones de trabajo y dignidad de los trabajadores del subte no colabora con las políticas designadas por la oligarquía financiera, encarnada en este gobierno de los monopolios.
La realidad es que la oligarquía financiera en nuestro país, tiene los planes de ajustar más aun los bolsillos de la clase obrera y el pueblo, para sostener esta economía que tanto los beneficia. Pero para ello, deben enfrentarse con la creciente lucha de clases que se enfrenta directamente con sus planes.