Así tituló el artículo un diario local de la ciudad de Rosario.
Siguiendo el modo de razonamiento burgués el periodismo da su punto de vista sobre el “déficit” habitacional.
Y encima, hoy en la ciudad de Rosario se está construyendo una cantidad impresionante de edificios de departamentos con vista al río, con yacuzi, con piletas que producirán olas artificiales, con spa, y en zonas exclusivas. Estos emprendimientos están siendo ejecutados por consorcios de inversión, es decir capitales para la especulación inmobiliaria.
Se ofrecen lotes para barrios privados en toda la zona suburbana, lo cual implica más proyectos constructivos, pues dichos terrenos cuentan con alumbrado, trazado de calles, tendido de gas natural y agua corriente, cloacas y todos los servicios que una familia de alto poder adquisitivo pudiera requerir.
Es evidente que no hay tal déficit habitacional. ¡Sobran viviendas en la ciudad de Rosario, y cada vez se construye más! Lo que falta es capacidad de poder comprar o alquilar.
Un periodista radial, consultaba al respecto con la secretaria de vivienda del gobierno provincial. La funcionaria decía, muy suelta de cuerpo, que había que implementar mecanismos que pudieran fomentar el alquiler de esa enorme cantidad de viviendas desocupadas, lo cual significa que el Estado debería disponer fondos para “ayudar” a que los propietarios de las mismas tuvieran posibilidades de alquilarlas.
Este y no otro, es el mecanismo que utiliza la burguesía para “solucionar” los problemas generados por el caos de producción capitalista: ayudar económicamente a los propietarios capitalistas para que den salida a sus mercancías. En suma, darles más dinero a través de subsidios o incentivos (ahorrarles pagos de impuestos, darles préstamos, facilidades y otros beneficios). Pero esto significa más pobreza para los sectores que no pueden alquilar y, menos, comprar. Porque el Estado, destina más fondo para quienes más tienen sacándoselo a quienes menos tienen.
Lo mismo pasa con los alimentos. Lo hemos dicho muchas veces. Argentina produce alimentos para más de 300 millones de personas y hay millones de compatriotas que pasan hambre.
Y así podemos seguir con el listado de bienes que la clase obrera genera con sus propias manos y que, al igual que los trabajadores más humildes y los sectores empobrecidos, no puede gozar, ya que no cuenta con los medios para adquirirlos.
Si tenemos sobrante de viviendas, si tenemos sobrante de alimentos, ¡que nos expliquen por qué debemos esperar para solucionar esos problemas que generan muertes diariamente!
Es claro que la propiedad privada capitalista es antieconómica para las necesidades de un pueblo que requiere de soluciones inmediatas y en donde existen los recursos para poder satisfacerlas tal como ocurre en nuestro país.
Es claro que el gobierno y los dueños de los capitales que manejan el destino de todo lo que se produce, tienen las llaves para solucionar esos problemas vitales y que no lo hacen porque no quieren hacerlo. Porque no quieren perder sus negocios. Porque la vida de millones de seres humanos de su propio país no les interesa para nada.
Es claro que el problema y la solución son de índole política. Sólo hay que tomar la medida.
Por eso, la revolución en nuestro país, constituye una necesidad ya. Pues si ellos no resuelven, nuestros problemas los tenemos que resolver nosotros.
Profundizar ese camino en la senda de las luchas por lo que nos pertenece y nos niegan es lo que tenemos que seguir haciendo como pueblo.
Los recursos están, sólo tenemos que tomarlos. Todo lo demás es mentira.