Ayer decíamos en un artículo publicado en este medio, que la burguesía ha tomado una determinación como clase, en aras de disciplinar a los trabajadores e ir ganando terreno para imponer condiciones ante las próximas discusiones paritarias y ante su necesidad, imperiosa, de aumentar la productividad, léase aumentar la superexplotación.
Envueltos en su juego electoralero, no pueden ver lo que realmente está sucediendo en la realidad cotidiana de los trabajadores y el pueblo, la verdadera situación de la lucha de clases. Sumado a esto las urgencias que son parte inseparable de sus proyectos, le ha hecho creer a la burguesía que es hora de actuar poniendo “orden” en la producción, visto los avances que los trabajadores como clase han conseguido en los últimos años, en la defensa de sus derechos y reivindicaciones. Para la burguesía, además que económico, es un problema político a resolver el disciplinar a la levantisca clase obrera, que da muestras cotidianas de enfrentar cualquier iniciativa que apunte a recortar sus derechos.
De allí que empiezan a experimentar con despidos, un poco aquí, otro poco allá, intentando imponer el miedo y el desmembramiento de las organizaciones genuinas de los trabajadores que nacen al calor de las luchas y se consolidan con cada triunfo logrado. No nos sorprenda que dentro de poco, empiecen a agitar también el fantasma de una recesión mundial, como otro medio para llevar adelante ese objetivo. No será ni la primera ni la última vez que la burguesía actúe de esa manera, con el chantaje, la extorsión y el terror por lo que se viene, para que agachemos la cabeza mansitos y nos conformemos con lo que hay.
Pero los intentos burgueses se topan con la decidida acción de la clase. Así ha pasado, por ejemplo, en Córdoba en las empresas Renault, Fadea (fábrica de aviones), Pistones Person, Materfer, Tubos Trans Electric; en La Serenísima de Longchamps, provincia de Buenos Aires; los trabajadores de limpieza del Aeropuerto de Ezeiza, que mantienen un paro por la reincorporación de 120 compañeros; trabajadores petroleros de la empresa SICA, de la Planta Deshidratadora de Cañadón Seco. En todos estos casos, los trabajadores han presentado batalla, provocando un nuevo cimbronazo a la burguesía que, lejos de marchar por un lecho tranquilo, se encuentra con respuestas contundentes que la obligan a dar marcha atrás. En todos estos casos, también se destaca el incesante surgimiento del movimiento revolucionario existente, lo que desnuda más aun y agrava la profunda crisis política en la que están sumergidos.
En este marco hay que entender las detenciones de los dirigentes ferroviarios de la empresa TBA, acusados de asociación ilícita, por la quema de los trenes en el mes de mayo. Allí la burguesía da un paso más audaz, en el que se mezclan la interna gremial, con Pedraza (titular del gremio) preso pero, fundamentalmente, la necesidad de la empresa concesionaria de sacarse de encima una comisión interna que pelea por los derechos de los trabajadores, en contra de la conducción nacional traidora. La misma empresa que cobra millonarios subsidios del Estado, que es responsable directa de la tragedia de Flores, que mantiene una concesión que está absolutamente cuestionada, y que fue premiada por el gobierno con la concesión del nuevo tren que va de Entre Ríos a Uruguay, tan pomposamente inaugurado por los presidentes de ambos países y que en su primer viaje no llegó a completar su recorrido.
Esta nueva intentona del poder burgués debe ser enfrentada en todos los planos ya que, como ayer también decíamos, si se les deja pasar una después vendrán por más. Ellos están profundamente débiles y sobre esa debilidad hay que actuar en ofensiva, en este y en cualquier caso en donde la burguesía intente el más mínimo ataque contra los trabajadores y el pueblo.
¡¡¡INMEDIATA LIBERACION DE LOS COMPAÑEROS DE TBA!!!