Uno de los diarios de la burguesía informó el domingo pasado cifras para subsidios incluidas en el presupuesto de 2012 del poder ejecutivo nacional.
El detalle que dio es el siguiente: para Asignación Universal por Hijo: $ 11.692 millones de pesos, para Empresas Públicas: $ 28.385 millones de pesos y para Empresas Privadas: $ 38.544 millones de pesos.
Esto quiere decir que $ 11.692 millones de pesos se destinan a paliar la miseria que el propio sistema genera expulsando millones de personas a las que obliga a vivir en la marginalidad para luego tirarle migajas e intentar, a la vez, utilizarlas como rehenes de sus negocios sucios.
El resto de los subsidios: la suma de $ 66.929 millones de pesos son destinados a las empresas públicas y las empresas privadas.
Todas estas empresas son los monopolios que diariamente se apoderan de la plusvalía que generan millones de obreros.
Además de las ganancias que sacan por esa producción, el Estado los “premia” con esos subsidios.
Es tan “virtuoso” el recorrido que hace el dinero que desde las manos de la burguesía sale para engordarse y multiplicarse en los centros industriales, llega al mercado para, a través de la venta, realizar su ganancia, volviendo así a los bolsillos de la burguesía, incluido el sueldo de los trabajadores y el ingreso del pueblo en general que es gastado en el consumo de artículos básicos. Además se pagan impuestos por ingresos, como el impuesto a la ganancia que se deduce de salarios y sueldos, u otros que sería muy tedioso enumerar. También con cada compra, además, se pagan impuestos que en forma de subsidios vuelven a esos mismos capitales monopolistas según lo expresan las cifras que citamos más arriba.
Como vemos, la burguesía, sólo subsidia a la miseria que ella misma provoca y a sus propias arcas.
Para los obreros, para los trabajadores y el pueblo en general, nada. ¡Absolutamente nada!
Esta es la famosa distribución de la riqueza del gobierno nacional y popular de Cristina Kirchner. Y eso que nos hemos basado en las cifras que los medios de difusión masiva y el propio gobierno hacen conocer.
Aquí no hemos incluido otros subsidios como la inflación, la venta de millones de dólares diarios que realiza el Banco Central para mantener estable el valor de dólar, el manejo de los fondos del Anses, los créditos blandos para monopolios, la exención de impuestos para los mismos y otras exquisiteces que degustan los grandes capitales a costa del trabajo y el sacrificio de las grandes mayorías laboriosas de este país.