En otro artículo que publicamos esta misma semana, señalábamos que detrás de un discurso de carácter aparentemente “nacional”, el gobierno viene agitando un aparente combate a la fuga de capitales. En la misma línea de “los problemas económicos”, aparecen ayer algunas medidas sobre “los subsidios” a las empresas. Ambas decisiones intentan crear la idea de que “la plata que se recauda” se va a comenzar a usar de otra manera, y que esos capitales podrían destinarse en beneficio del pueblo. Pero lo que hay que decir claramente es que al ser este un Estado al servicio de los monopolios, todo capital en sus manos ya se ha fugado para el pueblo, y no hay recaudación que nos llegue, nunca.
Los anuncios señalan que se “recortarán” en el orden de 600 millones de pesos en subsidios, destinados hoy básicamente a entidades financieras, juegos de azar, aeropuertos internacionales, puertos fluviales de pasajeros, telefonía móvil, minas y extracción de hidrocarburos.
Esa plata sonará como muchísimo al lado de cualquier economía familiar, pero es absolutamente insignificante si se observa que entre enero y octubre de este año el Estado ha destinado más de 70.000 millones de pesos a transferencias al sector privado. Es decir, el valor que publica ayer la burguesía como “un gran ahorro” es en realidad menos del 1% de los subsidios que hoy existen.
La estructura de subsidios puede dividirse en dos grandes rubros: empresas y servicios “públicos”, y los destinados directamente a “la producción” (es decir, a las grandes empresas monopólicas), que entre enero y septiembre totalizaron casi 32 mil millones. Vale agregar que el proyecto de ley de Presupuesto Nacional aprobado por la burguesía para el año que viene, contempla que el 80% de los subsidios serán para “energía y transporte”. Durante este año, los subsidios al sector energético y al transporte fueron los que más crecieron. En los seis primeros meses de 2011 el sector energético recibió alrededor de 19 mil millones de pesos, mientras que para transporte la suma alcanzó los 9.500 millones.
En la conferencia de prensa que dieron ayer los ministros Boudou y De Vido, evitaron a toda costa hablar de un aumento de las tarifas, como si se les mencionara al diablo. Pero está clarísimo que al reducir los subsidios, las empresas ajustarán las tarifas. Una necesidad de los monopolios que estaba “debajo de la alfombra”, rápidamente sale a la luz apenas pasados pocos días de las elecciones. La verdadera cara “del modelo”, rápidamente, se hace presente y golpea sin tapujos los maltratados bolsillos populares.
El costo de los servicios va a aumentar en todos los casos en los que se eliminen o reduzcan los subsidios, porque esa es la única lógica que vale en este sistema: lo que no te esquilmo a través de las prebendas del Estado, te lo saco de forma directa con las boletas. Y se acabó; no hay que buscarle ninguna otra explicación, sino, miremos lo que ha pasado en nuestro país en los últimos 20 años.
Por otro lado, lo que deja enteramente al desnudo las infames mentiras del gobierno de los monopolios, son los propios números que la burguesía declara:
Año 2005, se entregaron subsidios por 3.478 millones (0,7% del PBI).
Año 2007, se entregaron subsidios por 7.206 millones (1,5% del PBI).
Año 2010, se entregaron subsidios por 48.032 millones (3,3% del PBI).
Año 2011, se entregaron subsidios por 71.925 millones de pesos (4,1% del PBI)
¿De qué reducción de subsidios a los monopolios estamos hablando?…