“Recorte de subsidios”, “ajuste”, “aumento de tarifas”, “controles del dólar”, “disminución del gasto público”, “pacto social para controlar los salarios”, etc. Son estos los términos más utilizados por los voceros de la burguesía en su eterno bombardeo mediático, con lo que emulan las mejores épocas del menemismo que tanto dicen aborrecer…
Pero desde entonces “ha corrido mucho agua bajo el puente”, las cosas han cambiado y la lucha de los trabajadores y el pueblo han subido al tablero político, para jugar también el juego.
Esto ha dejado al descubierto la manifiesta debilidad política de los dueños del poder y su gobierno que, condicionados por la lucha de clases, ya no pueden hacer lo que quieren y lo que deben para garantizar el aporte “nacional y popular” a la salida a la crisis política y económica global, en la que está sumergida la oligarquía financiera.
Luego de la elecciones nacionales la burguesía ha alineado y ordenado sus filas políticas detrás de garantizar continuar con el engaño, a tal punto que hasta la “izquierda” propone soluciones para salir de la crisis y “nacionalización” es la palabra que más repiten y más deleita a los oídos de algunos sectores de los monopolios.
Su tendencia al autoritarismo y la reacción, como siempre, esta allí presente a través de sus instituciones del Estado, pero esta vez está acorralada por el creciente movimiento de masas y los recuerdos del intento totalitario del estado de sitio de De la Rua y su final en el 2001.
El pueblo y los trabajadores con sus luchas de hecho, les hemos gritado en la cara “no les creemos nada”, “no nos asustan” con sus terroristas fantasmas del pasado. El camino de lucha que hemos emprendido nos ha dejado en nuestras manos una poderosa herramienta, la democracia directa, que junto a la unidad y masividad ha abierto el camino para la construcción del movimiento revolucionario, capaz de dar vuelta la tortilla.
Hoy la tarea de los revolucionarios, de las mujeres y hombres honestos y comprometidos con sus iguales, es implicarnos con esta obra y aportar desde cada lugar a la revolución en marcha.