Todas las madrugadas de los fines de semana, para muchos padres de este país, cuando sus hijos jóvenes salen a divertirse, comienzan a rondar pensamientos temerosos y ansiedades esperando que lleguen sanos. En esta sociedad no hay espacio para 
quedarse tranquilos pensando que nuestros hijos están siendo felices en cada salida.
Ésta es la situación en millones de hogares. La tómbola de esta sociedad putrefacta nos puede tocar a cualquiera pues, asentados en la impunidad que este sistema ha generado a partir de políticas de Estado, que todas las medidas que toman giran en torno a las ganancias de los monopolios, se transmiten como un rayo a todas las instancias del Estado, y entonces ahí es fácil apretar el gatillo y matar a mansalva a gente.
Así pasó en Aimogasta, La Rioja, esta madrugada, como si faltara la frutilla del postre de una muerte sucedida la noche anterior en la misma provincia, una jovencita de tan sólo 18 años, Belén Brizuela, fue muerta de un certero balazo disparado por la policía. No es verdad que esto es gatillo fácil. ¿Qué es eso que se ha hecho moda en la Argentina? Gatillo fácil para justificar la impunidad absoluta de quienes ven a los jóvenes como potenciales delincuentes. También al crimen de un campesino en Santiago del Estero, Ferreira, lo caracterizaron como una cuestión individual y por fuera de políticas de Estado. Esto no es gatillo fácil. Esta es la sociedad en que vivimos.
Por eso, la respuesta contundente y categórica que dieron los jóvenes en Aimogasta al atacar la comisaría, la gendarmería, los bomberos (que querían apagar el incendio en la comisaría) es la contracara de la impunidad. Es la cordura de un pueblo digno que no está dispuesto a vivir en la cobardía de tolerar lo que a los de arriba se les antoja. Esto es lo que se viene, señores, la lucha revolucionaria, el pueblo movilizado. Estos no son hechos aislados como respuesta; en última instancia, y en esencia, encarnan la rebelión que todos los argentinos llevamos por dentro, y que más tarde o más temprano, se tornará en una lucha franca y abierta contra el sistema como un hecho consciente en la búsqueda de un verdadero cambio.