Los medios de propaganda se pelean y los medios se unen.
Cuando de intereses y negocios se habla, los medios de propaganda del sistema se pelean, son guerras a muerte. Cuando se habla de lucha de clases, esos mismos medios se unen.
6-7-8- y Clarín, amén de un listado de medios que representan los intereses de la oligarquía financiera se han unido para ocultar uno de los hechos políticos más importantes de los últimos tiempos.
La señora presidente no pudo asistir al acto de inauguración de una planta en el parque industrial de Pilar ya que en esos momentos una movilización de obreros marchaba reclamando conquistas por demás justas.
Como si nada hubiese pasado la presidente hizo mención al “concheto” de su vicepresidente electo, reproducido por todos los medios de la burguesía y tapando el sol con una mano soslayó la fiebre de contradicciones políticas que aquejan al poder.
La burguesía monopólica tiene contradicciones que se agudizan, las luchas no le dan descanso. La CGT dice ahora que los salarios, en la discusión paritaria no deben tener techo y en esa movida entraron todos los popes del sindicalismo. Lo cierto es que estos “señores” sienten y saben lo que está pasando por abajo, su “representatividad” está lesionada desde hace años y son ellos lo que están advirtiendo, como buenos felpudos del poder monopólico, como basura e inmundicia que son, que el horno por abajo no está para bollos.
El ajuste que quieren implementar, ellos entienden que no será un paseo por “puerto madero”, entienden que el voto ganado en las urnas es nada de nada, pero ahora se encuentran ante una clase obrera que comienza a saber pegar en el plano de conquistas económicas y en el plano político, es decir, el poder en su conjunto tiene que responder a lo que de hecho se está dando desde la lucha. Es allí en donde entre ellos no se ponen de acuerdo, sus intereses económicos, en los marcos de reclamos y amenazas de mayor intensificación de las protestas populares y en todos los planos, comienzan a pesar por sobre una centralización política que sea capaz de disciplinar a la clase obrera.
El frente interno de la burguesía monopolista no resuelve su crisis política y contradictoriamente la clase obrera y el pueblo comienzan a encontrar los caminos de unidad política en el terreno de la lucha.
Es mucho lo que hay por hacer, pero los tiempos políticos son “tiranos”, es en estos marcos que la lucha implacable contra el ajuste hay que desatarla en todos los planos.
Ellos quieren ajustar con más productividad. A la mayor productividad le oponemos: no a la explotación, pase a planta a los contratados y aumento de salarios ya. Al alza de precios le decimos: basta de aumento del costo de la vida, por la una vida digna para el pueblo; respondamos con nuestra lucha salarial sin techo. Quieren ajustar con servicios caros, ampliar la movilización y la protesta a todos lados y sectores de la población.
Hemos comenzado una época de nuestra historia en donde el poder tendrá que “acostumbrarse” a ir por detrás de las decisiones populares y por el lado de la clase obrera y el pueblo “acostumbrarnos” a la permanente iniciativa política como la desarrollada por estos días, manteniendo la autoconvocatoria, un estado asambleario, un estado de discusión que sea capaz de sostenerse en el tiempo a la vez que la correlación de fuerzas políticas para la revolución vaya volcándose a favor de las aspiraciones del cambio social.