La burguesía intenta, sin conseguirlo, alinear y ordenar sus filas políticas. Contrariamente a la imagen que deseaban dar, las contradicciones y peleas se profundizan en la clase dominante.
Hoy el partido único de la oligarquía financiera -oficialismo y oposición-, está convencido de que hay que aplicar el salvaje ajuste que pretende llevar a cabo el gobierno contra el pueblo trabajador para “garantizar” la continuidad del “modelo” de expropiación y explotación de sus amos, los burgueses monopolistas.
Subidos al caballo de la soberbia, la impunidad y la subestimación al pueblo pretenden, aceleradamente, aplicar ajustes de tarifas, aumento a los servicios, reducción de salarios vía la inflación, etc. Pero ya no estamos en la época que “ramal que para, ramal que cierra” de la mejor época del menenismo donde el engaño había ganado en el terreno de las expectativas.
Hoy el escenario es otro. Además de las diferencias entre ellos de cómo aplicar el ajuste previendo las consecuencias a las que ya se están enfrentando y que tenderán a profundizarse, lo cual les genera más conflicto, el gobierno y todo el aparato político, a pesar de su discurso populista, genera cero expectativa en la clase obrera y el pueblo que no están dispuestos a retroceder un solo paso en sus reivindicaciones, económicas, políticas y sociales.
Así lo demuestra la continuidad y contundencia de las luchas obreras que, en las últimas semanas, ha sido el piso para comenzar a dar un paso fundamental para la revolución con la constitución de las organizaciones políticas independientes de la clase obrera, base fundamental del movimiento obrero revolucionario en marcha.
Profundizar la lucha y la movilización en todos los terrenos, particularmente, contra el ajuste, por el salario, y los derechos políticos, son las vías de acumulación que darán vida al proceso revolucionario en marcha.