Cuando el piso de la lucha de clases se mueve, en la estantería de la burguesía todos los frascos hacen ruido. Así lo marca nuestra nota sobre Moyano y Cristina Kirchner. Pero esto no significa de ninguna manera que la Santa Alianza monopolios-gobierno-sindicatos vayan a perder de vista su enemigo estratégico: la clase obrera.
La mejor demostración de esto, “entrando en la sintonía fina”, son algunos pronunciamientos públicos del presidente de la UIA. De Mendiguren afirmó: “nuestro referente sigue siendo Moyano…lo que más nos puede preocupar es no tener un interlocutor…”, y tras cartón dijo: “…debe atenderse al salario real antes que al nominal…” (la capacidad de compra y el salario de bolsillo respectivamente).
Moyano, en su discurso en Huracán, con otras palabras, refiriéndose a las paritarias, puso en el medio la cuestión de que se aumente el mínimo no imponible para el impuesto a las ganancias al salario. Sumado a esto planteó que si los empresarios frenan el alza de precios, no habría problemas al diálogo. Pero el contexto de este planteo son las paritarias, a lo cual nosotros le agregamos que planteó esto porque no se animó a decir que el techo salarial convenido por la Santa Alianza, no puede superar el 18%.
En más de una ocasión hemos planteado que el salario no es ganancia, es pérdida (leer nota sobre el tema en nuestra página). Esa trampa la tendieron en su momento como recurso para planchar los salarios, pues lo recaudado de ese impuesto terminó yendo como subsidio a las mismas empresas (entre otras medidas), y ahora nos quieren vender el buzón que si se aumenta el mínimo no imponible podemos ir tranquilos, y hasta sería justo, por unas paritarias del 18% como techo. Entonces, estamos hablando de dos cosas diferentes: una, la derogación total del impuesto a las ganancias, y otra, la discusión paritaria con la inflación del “supermercado” (¿te suena, Hugo?).
Estos tipos piensan que nuestra clase obrera y el pueblo, son tontos; que en el marco de un tremendo ajuste que nos quieren aplicar, haciendo dibujitos en el aire, van a transitar a sus anchas en las próximas discusiones paritarias.
Los hechos contundentes de las luchas de los trabajadores en los últimos dos meses marcan una clara tendencia a generalizarse, lo que obliga a ellos a intentar hacer difícil lo sencillo, y la verdad es que los únicos encapuchados son los monopolios, sus políticas y sus instrumentos, porque ya no engañan a nadie y tienen temor de lo que pueda pasar.
Por ello, tampoco es una casualidad que al mejor estilo de Göebel, el padre de la propaganda nazi en Alemania, todos los medios de comunicación masivos (y cuando decimos TODOS son TODOS) mostraban a la “Viuda Negra” en un acto en Toyota (ya terminó la campaña electoral, eh!) haciéndonos creer que está todo bien. Lo que no dicen es que días antes tuvieron que otorgar un premio de 2.500 pesos por diez días por una hora más de trabajo y que mientras ella estaba dando su discurso en una carpa montada, los presentes eran personal jerárquico y el aparato del sindicato, pues en ese mismo instante la fábrica estaba produciendo a full.
Pero la realidad es muy diferente, la confrontación ya está, señores burgueses, y la profundización del choque es inminente. La lucha de clases tiene la última palabra.