Con la inocultable intención de generar expectativas en el proletariado y en los sectores populares, el gobierno informa que más del 70% de las industrias monopolistas del país, incrementarán inversiones y personal para una mayor producción de bienes para el año que viene.
Los anuncios de la ministra de la producción Débora Giorgi, hablan también de que «nuestro país lidera el ranking de países con mayor volumen de inversiones de Latinoamérica y es considerado por muchas empresas globales como un refugio y un escenario potable para expandir su producción».
El gobierno parte de la convicción de que con esta campaña de difusión, en el pueblo se va a generar la esperanza de que el propio mecanismo del sistema resolverá los problemas acuciantes que requieren solucionarse ya tales como mayor poder adquisitivo, mejores condiciones de trabajo, basta de hambre y miseria, mayores ingresos para jubilados y pensionados, educación, vivienda, salud, entre otros.
Con la repetida cantinela de que más producción y mayores negocios son beneficiosos para todos los argentinos tal como repite en sus innumerables discursos la presidenta, creen que apaciguarán los ánimos muy calentitos en este fin de año y que ello les permitirá abordar un mejor año 2012.
Pero esos números, aunque no sean ciertos en su totalidad o que fueran producto de manipulaciones por parte de los burgueses que lo difunden, son totalmente concordantes con lo que cada obrero puede comprobar en su fábrica o lugar de trabajo, sobre todo, de las industrias monopolistas que están haciendo punta en sus negocios actualmente. En la mayoría de las empresas aludidas se incrementan los ritmos de producción, se incorporan máquinas y nuevos procedimientos de organización del trabajo y se agrega personal, claro que con bajos salarios y peores condiciones de trabajo dada la política de “reducción de costos” y “sintonía fina”.
La clase obrera, lejos de esperar de los propios mecanismos del sistema que supuestamente le otorgará una parte del beneficio que la burguesía monopolista espera, podrá utilizar el conocimiento de esos números, de esas expectativas de negocios que tiene la burguesía, como armas letales en la lucha de clases.
Pues en este contexto de debilidad política que tienen los monopolios, informar a su enemigo que tiene planes de expansión de negocios para los cuales requiere de su colaboración y trabajo, sobre todo esto último: trabajo, más trabajo y superexplotación, es una realidad patética de la que no puede sustraerse.
Además de todo el camino andado durante este último año en donde comienza a despuntar el movimiento obrero revolucionario como expresión de un camino sin retorno hacia la construcción de las herramientas necesarias para la disputa del poder, los obreros, trabajadores y pueblo en general, tendremos como ventaja adicional la necesidad de la burguesía monopolista mundial de incrementar la producción y desarrollar los negocios que tienen en puerta en nuestro país, con inversiones incluidas e incorporación de mano de obra.
El panorama no puede ser más alentador para el proletariado y sectores populares: ante el fuego de la lucha, el descontento, la búsqueda y hallazgo de caminos y formas organizativas que profundizan la lucha de clases y convierten al proletariado y sectores populares en una fuerza material organizada que confronta contra su enemigo fundamental sin mediación de ninguna especie, creciendo y desarrollándose en cada lucha, la oligarquía financiera y su gobierno echan nafta y material inflamable con el fin de sostener y agrandar sus negocios, marcando su destino a fuego, pues el sepulturero de su asquerosa existencia avanza sobre el terreno que ella misma abona.