En pocas horas la oligarquía financiera quiere dibujar la crisis política en Santa Cruz.
El protagonismo de los trabajadores estatales quieren pasarlo a un segundo plano, resulta que ahora la crisis es por las “rencillas” entre las “bandas” del Frente por la Victoria.
Por un lado, nos dicen las razones de los hechos: la “intención” de la presidente en intervenir la provincia, por otro que su hijo Máximo ordenó la retirada de la Cámpora del gobierno local, otra que las viejas peleas del gobernador Peralta y los K llegaron a un punto de intolerancia extremo.
Cuando suceden estos hechos que “empañan“ la política central del gobierno nacional, es decir llevar a buen puerto el ajuste, es porque la lucha de clases EXISTE a pesar de todo el coro ideológico del sistema.
Que digan lo quieran, incluso culpar a los “excesos” salariales de la provincia, los paros de docentes y de petroleros de la necesidad del ajuste, pero lo cierto es que la no aplicación del mismo trasciende el ámbito provincial, ésta lucha por parar la política K será la antesala, el anuncio que nuestro pueblo no tolerará perder conquistas y derechos adquiridos en el enfrentamiento con el sistema.
Mientras esto sucedía en Santa Cruz, en Buenos Aires los diputados lograban aumentarse la dieta en un 20% sobre el sueldo del cargo de director del cuerpo (la máxima categoría del personal legislativo).
El parlamento en todas sus esferas nacionales y provinciales, como en el caso de Santa Cruz son herramientas de los monopolios para legislar a favor de intereses concentrados, eso es “democracia” para ellos, sus instituciones funcionando a pleno y a mano y bolsillo lleno.
Sin embargo la estocada de ayer pone de relieve que la movilización y el enfrentamiento a las políticas que intentan sojuzgarlo son las instituciones del pueblo. La oligarquía y su gobierno deciden una cosa y el pueblo en todas sus variantes decide otra, condiciona al poder.
Con los hechos de ayer hay que prestar atención de qué lado se encuentra la iniciativa política, en qué proceso de la lucha de las clases nos encontramos. Al generalizado reclamo salarial, de condiciones de trabajo, el cuidado del medio ambiente, etc. el gobierno responde con ajuste, la iniciativa política de la lucha es respondida infantilmente con una medida que, a la primera de cambio, provocó una intensificación de la lucha y contradicciones en el poder.
Es en ese pensamiento de ver las clases actuando, en donde radica la debilidad política para el poder de ejecutar lo que debiera ejecutar para ensanchar el predominio de su dominación.
A diferencia de otros momentos de nuestra última historia estos enfrentamientos están entrecruzados también con un incremento de las ideas revolucionarias, lo cual facilita la aparición de fuerzas políticas concretas que van dando en cada lucha la expectativa de que las mismas ayudan a engrosar las fuerzas de la revolución.
Una expectativa que se va instalando y que cada hecho que genera un golpe al gobierno de los monopolios como el de ayer en Santa Cruz, robustece aún más las vías de los cambios estructurales en nuestro país.