Con la solidaridad y movilización de obreros Petroquímicos, Metalúrgicos y del Caucho, después de 8 días de bloqueo del acceso de la planta aceitera Entre Ríos Crushing, que funciona en el Parque Industrial de Gualeguaychú, los obreros de dicha planta, lograron la reincorporación de un compañero despedido, quien devolvió a la empresa el dinero de la indemnización por despido que motivó el inicio del paro el pasado 12 de enero.
El despido se produce en el marco de la vigencia de la conciliación obligatoria dictada por el Ministerio de Trabajo, a consecuencia de un conflicto por reclamo, a nivel nacional, de un aumento que lleve el sueldo inicial de los actuales 5.000 pesos a 6.315, más 6% de antigüedad.
Este despido, como otros tantos, no se produce por consecuencias de “recesión global” que tanto agitan los “señores reformistas dueños del cuco” para acolchonar la lucha de clases que recorre todo el país.
Por el contrario, como la gran mayoría de las ramas industriales, Entre Ríos Crushing S.A., fabricante de harina de soja, aceite de soja crudo, y pellets de cáscara de soja, está en pleno tren de producción y ha hecho “inversiones “, claro está no con fondos propios, sino con los del bicentenario –nuestros impuestos-, con el objetivo de producir, además, biodiesel.
Se trata de despidos “preventivos“, para intentar parar lo imparable: la organización obrera. Esta política de amedrentamiento no es nueva ni en este parque industrial, ni en el país.
El pasado 15 de diciembre, luego de una movilización de los obreros de la fábrica de neumáticos Imperial Cord, dentro y fuera del mismo parque, por demandas salariales, fue despedido su dirigente. También en este caso, luego de varios días de lucha, se logró su reincorporación.
Lo mismo ha sucedido en la gran mayoría de las industrias donde se ha querido implementar esta política de persecución política a los trabajadores que, con su masividad, organización, movilización y firmeza van sepultado estas viejas prácticas de la burguesía.