La lucha de Famatina no es un golpe contra las mineras solamente. A partir de la generalización que está desarrollándose por la movilización del pueblo en distintas partes del territorio nacional, se vive un estado deliberativo y de cuestionamiento a los monopolios en general y la política que desarrollan desde el Estado.
El arrinconamiento sufrido por estos pulpos económicos, y el paso atrás que se vieron obligados a dar, los obliga a intentar maniobras defensivas que sólo arriman más leña al fuego.
Así intentaron esparcir humo con el tema de Malvinas. Parece que la oligarquía financiera no aprende de la experiencia. Hace 30 años, precipitó la retirada de la junta militar, que obtuvo así, lo contrario a lo que pretendió con la guerra.
Si bien hoy están lejos de tal cosa, es inocultable la intención de vender humo a costa de una supuesta defensa de la soberanía, de parte de un gobierno que no ha dudado en entregar las riquezas, la salud, el medio ambiente y la condena a las generaciones venideras a la contaminación y la carencia de tierra y agua para la vida, sobre todo la humana.
Aparece otro intento igualmente tibio con el que la burguesía pretende engañar al pueblo. Ahora se comienza a repetir en los medios masivos de difusión, sobre todo en los adictos al gobierno, que la decisión sobre permitir a las mineras explotar los recursos, es privativo de los gobiernos provinciales. Con ello, quieren lavar la imagen del gobierno nacional de Cristina Kirchner. Lo que no pueden evitar es que todo el mundo conoce que fue ella quien vetó la ley de glaciares que ya había aprobado el parlamento y que ponía ciertos límites a esas mineras.
Va quedando cada vez más claro que nuestra vida depende de nuestra movilización y lucha contra los monopolios.
La política de negocios con daño humano que expresan tan crudamente las mineras, es la misma que lleva adelante toda la oligarquía financiera, sea cual fuere la rama de la producción de que se trate.
Mientras tanto, frente a la incapacidad de la burguesía y su gobierno de dar respuesta a las iniciativas que, como hongos, crecen y se desarrollan en todos los rincones y por diversos motivos con movilización, organización popular y el enfrentamiento a las políticas de Estado, se producen divisiones y separaciones entre los adherentes que apoyaban en todo al gobierno de Cristina y llamaban a su reelección, como el caso de ciertos artistas que, al menos en este tema, se manifiestan a favor de la lucha del Famatina. A propósito, en el festival de Cosquín se generalizan los pronunciamientos a favor del medio ambiente contra las mineras.
Profundizar y extender nacionalmente la lucha a partir del eje de Famatina, repercute en forma directa en la lucha de todo el pueblo contra los monopolios y su gobierno.