Decíamos en anteriores notas, que una parte de la sintonía fina del Estado y los monopolios son mayor productividad, que para nada significa mayor empleo o mejores condiciones para la población. La productividad sólo busca incrementar las ganancias de las empresas con mayor trabajo de los obreros y mayor saque de los recursos naturales.
Estos son sus planes, pero su gran debilidad política y las avanzadas en las luchas, los hace retroceder, y las últimas dos semanas en la planta de Renault así lo demuestran.
La planta produce 295 autos por turno de 8 horas, sale del final de línea un auto cada un minuto y medio, y quieren bajarla a un minuto por auto igual que Fiat que con un subsidio millonario del estado nacional está preparando la planta para esa producción. Esto se choca con las luchas de los obreros que ya no solo son por mejores salarios sino que se convierten en luchas por una vida mejor y se transforma en una avanzada directa contra los principios de los monopolios. En estas condiciones de la producción actual, y más aun con las que quieren imponer, un trabajador necesita de mucho tiempo para descansar para al otro día volver al trabajo que, acumulado durante toda la semana, hace necesario que en el domingo, único día de descanso, no pueda ocuparse de su familia porque necesita de casi todo el día para recuperar fuerzas para al día siguiente empezar de nuevo: No damos mas‼!, A mi me duele todo el cuerpo‼!, nos decía un obrero de Renault mientras se iba al trabajo.
Desde principio de año que la empresa quiere aumentar la velocidad en la línea de producción, pero se chocó con la lucha autoconvocada de los obreros junto con algunos delegados a quienes el gremio persigue, que con asambleas y paro por sectores frenaron los planes y al fascismo de la empresa que aunque con amenazas de despidos para aparentar que tiene el control tuvo que dar marcha atrás con el aumento de producción.
Un claro reflejo del escenario político del país, por un lado los trabajadores y el pueblo avanzando en las aspiraciones políticas de una mejor vida, y del otro los monopolios con su Estados tratando de imponer condiciones.