Los días 14 y 15 de abril del 2012 se realizará la VI cumbre de las Américas en la ciudad pintoresca de Cartagena, Colombia.
Simultáneamente y por primera vez en la historia de éstas aburridas, inoperantes y costosas cumbres se pondrá blanco sobre negro el papel del capital financiero y su preponderancia en los Estados.
Es que a metros del cónclave presidencial y en los mismos días se producirá otro cónclave, diríamos “El Cónclave”, subrayado, mayúsculas y en negritas de la cumbre MULTILATINAS, como la denomina La CEPAL.
El aeropuerto recibirá la friolera de 65 aviones privados de los empresarios contra la tercera parte de aviones presidenciales dando una magnitud de la importancia de una cumbre sobre la otra.
De las MULTILATINAS, o monopolios de peso en los Estados latinoamericanos más de medio centenar que confirmó su presencia se incluyen banqueros, industriales, productores de minerales, gigantes del comercio minorista y proveedores de diversos servicios.
«No hay duda de que el sector privado ha hecho muchísimo para tender lazos en el hemisferio y de que ha sido fundamental en el avance de la integración», sostiene el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, Luis Alberto Moreno.
En ese contexto 12 de los 33 presidentes irán a la cumbre de empresarios y curiosamente uno de ellos será Barack Obama.
Las empresas trascienden el Continente Americano como ellos la quieren dibujar, estos son algunos de los presentes: los colombianos Alejandro Santo Domingo, Luis Carlos Sarmiento Gutiérrez (Grupo Aval) y Carlos Julio Ardila (Organización Ardila, la de Postobón y RCN); el argentino Enrique Pescarmona, y el brasileño Marcelo Odebrecht. Además, concurrirán, entre otros, los presidentes de las multinacionales Femsa y Televisa, y los timoneles regionales de The Coca-Cola Company y General Electric (GE).
Una vez más la necesidad de avanzar en una centralización política para el poder de los Estados de los monopolios se requiere la abierta intervención de los monopolios en cumbres de presidentes y ministros. Ni siquiera ya guardan la forma, la crisis política en que están envueltos les exige actuar con gran espontaneidad, sacudiendo de un plumazo las hipocresías de una democracia formal a la que ellos mismos reverencian.
Varios analistas burgueses definen a esta cumbre de las Américas como realista, sabiendo que a pocos metros, en el lujoso Hotel Hilton los señores del poder real, los señores del Estado dirimen sus disputas.
Un solo ausente, los pueblos de las Américas y Cuba. Obreros, campesinos, estudiantes, asalariados no proletarios, aborígenes, centenares de millones que se han puesto de pie, se movilizan y luchan y van encontrando la dignidad al enfrentarse al poder de Estados monopolistas, pueblos que no se arrodillan ante tanta infamia.
Esas cumbres son el reflejo exacto de la lucha de clases.