La oligarquía financiera en el poder no descansa. Cuando toma alguna iniciativa, aunque ésta esté en un contexto de defensiva como el actual, hace oír bombos y platillos y festeja como en una cancha de fútbol inundando todos los medios masivos de difusión.
La misma conducta siguen adelante todos los sectores de la burguesía, haciéndose eco, adhiriendo o criticando, de la misma murga.
Todos ellos hacen coro intentando, con el estruendo, tapar los ruidos que vienen desde abajo.
Todo vale: lo de Boudou, lo de YPF, un crimen, la ley de medios, cualquier cosa les sirve.
El objetivo es tapar la lucha de clases. Lo importante es eso. ¡Tapar la lucha de clases!
Las clases no existen, sólo hay personas buenas y personas malas. En todos lados hay buenos y malos. Todo se reduce a una cuestión “moral”. Las cosas funcionan mal, porque no se encuentran los dirigentes adecuados, etc., etc…es el mensaje encubierto o explícito.
La lucha del proletariado y del pueblo por conquistar lo que la burguesía se apodera en la producción y en todo el circuito del mercado se silencia arteramente.
Pero en esta situación de crisis crónica y estructural del capitalismo mundial, esto le consume enormes esfuerzos a la oligarquía financiera.
Los obreros, trabajadores y pueblos del mundo, mientras tanto, avanzan a paso firme en sus luchas y le generan mayores y más profundos problemas a la burguesía monopolista, a esa oligarquía financiera mundial dueña de todos los Estados del mundo.
Ésta se ve cada vez más acorralada y sus argumentos otrora “convincentes”, al menos en el discurso, hoy suenan vacíos y caen como lluvia inmunda sobre sus propias cabezas después de haber sido escupidos.
Es por ello que este próximo 1º de mayo se preanuncia como una fecha muy particular y un nuevo mojón en la lucha de los pueblos por su liberación.
En Estados Unidos, Europa (no sólo en los países más críticos como Grecia, Portugal, España, sino también en los llamados “países serios” como Francia, Holanda, etc.), Asia, África, y en América toda, las movilizaciones cotidianas, las luchas imperceptibles para la gran prensa, pero que son las que transforman la realidad social, se van imponiendo gota a gota y van ganando terreno en la confrontación clase contra clase.
En nuestro país, el avance en las luchas por el salario, las condiciones de trabajo, vida digna y todas las aspiraciones populares que el Estado de los monopolios no resuelve ni va a resolver, sino por acción de la presión y la lucha, estarán vigentes en cada reunión, en cada acto, en cada iniciativa en donde los trabajadores y el pueblo en general, se junten, se reúnan y vayan dando cuerpo a las diversas formas de organización que los oprimidos necesitamos para ir dando entidad a la unidad política del proyecto revolucionario que nos conduzca a la liberación de estas absurdas cadenas a las que nos ata el capitalismo moribundo.