Luego de las vibrantes jornadas que hemos vivido con motivo del día del trabajador, en donde desde diversos puntos del país, importantes núcleos de trabajadores nos hemos convocado con el objetivo de romper el aislamiento y dar pasos concretos en el camino de la unidad y la organización independiente de la tutela de la burguesía, la lucha de clases continúa su curso ascendente, mostrando una vez más que para el movimiento revolucionario la jornada del 1° de mayo es motivo de festejo, es cierto, pero no únicamente desde “la historia” sino desde el presente de lucha y enfrentamiento contra los monopolios y sus gobiernos, que estamos decididos a profundizar.
Frente a los crecientes reclamos –que en su gran mayoría plantean aumentos salariales y cambios en las condiciones laborales- el gobierno de los monopolios no tiene otra que salir como un bombero, con el ministro Tomada al mando de la autobomba, a ver si logra apagar los principios de incendio que se le presentan en diversos frentes, cada vez con más asiduidad.
Durante esta última semana se vienen desarrollando conflictos en sectores sensibles del Estado monopolista (como por ejemplo la salud, la educación y el sistema judicial), pero también hay luchas salariales en otras ramas de la industria, los servicios y la producción.
En educación, en la provincia de Catamarca hay un conflicto que lleva más de un mes, con paros y movilizaciones todas las semanas. Los docentes reclaman un básico de 5.000 pesos; hoy cobran apenas $ 1.400. Se suman a este los reclamos en la Capital Federal para frenar el recorte que se expresa con el cierre de casi 100 cursos en toda la ciudad; y los docentes universitarios que realizaron un paro de 48 horas en 22 universidades nacionales del país.
Los trabajadores judiciales, principalmente en la provincia de Buenos Aires, en Neuquén, La Pampa y Santa Cruz , se movilizaron repudiando los “resultados” de las negociaciones salariales, ya que los aumentos “propuestos” son escalonados e ínfimos cada 2 meses, que nada tienen que ver con el crecimiento acelerado de la inflación. En Santa Cruz continúa el paro en reclamo por mejoras en las condiciones laborales, la regularización del sistema sanitario provincial, el pago de porcentajes de aguinaldos adeudados y el aumento salarial.
Los conflictos, en el caso de la salud, vienen aumentando desde comienzo de año. En la provincia de Córdoba la lucha salarial fue muy masiva e intensa; pero, también, se dieron peleas salariales en las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, San Juan, Chubut, Jujuy, Mendoza, entre otras, todas con reclamos por aumento salarial y contra el tope impuesto por el gobierno. Paros y movilizaciones se repiten semana a semana en distintos lugares del país.
Además de los conflictos en el sector estatal, hay varias luchas desatadas en el ámbito de servicios y ramas productivas. Los trabajadores de prensa están reclamando aumento salarial; hay paros también en distintas empresas de transporte, como es el caso de las líneas 25 y 60 de transporte urbano –entre otras-, a lo que se suman los trabajadores del subte de la ciudad de Buenos Aires, que están realizando distintas medidas de fuerza con cese de toda actividad laboral, reclamando aumento salarial.
En estos momentos también se está dando una lucha por mejoras laborales y aumento salarial en la provincia de San Juan, en la mina de Veladero, de la empresa Barrick Gold. Los mineros entraron en conflicto durante el mes de marzo, realizando paros en la propia mina, a casi 5.000 metros sobre el nivel del mar y con temperaturas en esta época del año de hasta 10 grados bajo cero.
El estado de alerta permanente atraviesa la lucha de los trabajadores petroleros de Pico Truncado, Caleta Olivia, Koluel Kayke, Las Heras, Cañadón Seco y Río Gallegos, aguando la fiesta a la “nueva” intervención de YPF; el puerto de Mar del plata hace más de una semana que no opera, a lo que se le suma el reciente paro en las terminales portuarias de Buenos Aires; los ferroviarios anunciaron un paro para hoy jueves que quedó en suspenso al decretarse la “conciliación obligatoria”; los trabajadores de la alimentación y los trabajadores gastronómicos también están haciendo oír sus reclamos, en defensa de su calidad de vida y frente al impresionante aumento de precios de todos los productos de primera necesidad.
A los conflictos en los lugares de trabajo se le suma la reciente movilización llevada adelante en Gualeguaychú, en donde más de 5.000 compatriotas se manifestaron una vez más en contra de la pastera Botnia; y los cortes selectivos contra las megamineras, que continúan firmes en Catamarca y en La Rioja.
La creciente conflictividad laboral, social y política desarma por completo el discurso de la burguesía monopolista y su gobierno, en donde pareciera que lo que tenemos que hacer es “salir a festejar” sus medidas, cuando la temperatura que marca la lucha de los trabajadores y el pueblo plantea un escenario muy diferente: de confrontación y conquistas, con una actitud ofensiva que lejos de apagarse, se profundiza, en busca de un horizonte político que ponga en el centro de nuestras vidas las necesidades del Hombre y no las ganancias de unos pocos.