Cuando desde los gobiernos, como en este caso el de Cristina Kirchner, se hacen movimientos o se toman medidas que aparentemente resultan inexplicables y hasta estúpidas, la primera pregunta que nos debemos hacer los argentinos (y que, de hecho, así lo hace la mayoría de la población) es ¿¡DÓNDE ESTÁ LA TRAMPA!? Así sucede con lo de la supuesta nacionalización del petróleo (como lo expresáramos ayer), con las medidas del dólar, etc. Pero ahora nos queremos referir al supuesto cese de las importaciones y a dónde apunta todo eso.
Para ello, es esencial pararse desde el proceso de concentración monopólica que, lejos de detenerse, cada vez se hace más virulento y profundo. Pues es en este marco y no en otro que debemos analizar el cese de las importaciones, más allá del slogan infantil COMPRE ARGENTINO.
En la industria automotriz, por ejemplo, se han frenado importaciones, más puntualmente en lo referido a las autopartistas, para apropiarse aún de más plusvalía y excedentes.
Esto desde la confrontación mundial. En el escenario argentino, los monopolios de autos van por la concentración de la producción autopartista. Ejemplo claro de ello es el evento llevado adelante denominado “FABRICADO EN ARGENTINA”, encabezado por FIAT e IVECO (no es casual el cierre de dos plantas de FIAT en Italia para trasladarlas a América latina). Todo esto con la pantalla y la careta de Débora Giorgi, Ministra de Industria. En dicho encuentro participaron más de 200 representantes de actuales y “potenciales” proveedores con el claro objetivo de sustituir actuales importaciones. La ministra destacó: “el desarrollo de un parque autopartista para la industria automotriz es esencial para consolidar estos sectores que ya son de carácter estratégico”, y aseguró “que desde el Estado se está apoyando con préstamos al 9,9% a tasas fijas en pesos, con fondos del bicentenario”. Con esto estarían financiando inversiones en terminales y autopartistas.
Roger Dior, director de FIAT GROUP PURCHASING afirmó en dicho encuentro que “ya logramos la incorporación de 10 nuevos proveedores ‘locales’”, lo cual da que ya se invirtieron 123 millones de pesos en inversión directa de proveedores, y 750 millones de inversiones realizadas por FIAT (el muy fascista caradura) financiado por los fondos del bicentenario, que en realidad quiere decir 750 millones generados por el pueblo argentino al servicio de la FIAT.
Otra cosa que no dicen estos delincuentes, y he aquí el fondo de la cuestión, es que se está implementando una tremenda reconversión industrial que concentra, aún más, el poder de las automotrices, lo cual explica el cierre de empresas autopartistas en el marco de la confrontación mundial, como PRESTOLITE, líderes en el mercado, que dejaron casi 800 trabajadores en la calle, o el caso anterior de Paraná Metal que dejó a unos 1300 trabajadores afuera; el despido en otras pequeñas fábricas, o las suspensiones, metiéndonos el fantasma de la “recesión” o la “crisis”.
Pero en realidad es una nueva vuelta de tuerca en la concentración monopólica con tecnología de 3ª generación con el afán de obtener más plusvalía aún; reconversión que se encuentra en una transición que puede durar apenas unos meses, y nos la venden como una nueva crisis, con el objetivo de extorsionar los reclamos salariales y planchar aún más los salarios; para lo cual están amenazando, incluso en las industrias automotrices, con que “ya no es negocio producir automóviles en Argentina”, como lo afirmara públicamente la presidenta de General Motors en Argentina.
Nada más falaz y mentiroso. Ejemplo de ello es ACINDAR empresa que ahora se dedica, entre otros rubros, a la fabricación de insumos para las autopartistas y no dan abasto con la producción.-
En pocas palabras, pretenden extorsionar a los trabajadores con los fantasmas del despido saliendo al cruce con el argumento de la crisis, en los reclamos salariales. Por otro lado, el pez grande se come al chico, y como los monopolios más poderosos son los dueños del Estado en este proceso de concentración económica, el pato de la boda siguen siendo el verdadero generador de la riqueza: el proletariado. Así pretenden, con la mentira, hacerse la gran fiesta del achique salarial.