La inflación, el aumento permanente de los precios, los bajos salarios, la inseguridad, la pésima atención sanitaria, la paupérrima educación, la falta de viviendas, las jubilaciones miserables, y el acoso impositivo y financiero, son las políticas que implementa el gobierno burgués para sostener la tasa de ganancia de los grandes capitalistas.
La tan promocionada “redistribución” con la que tanto se «enorgullece» el autodenominado gobierno “nacional y popular” es en base al saqueo que hace a los trabajadores, sin tocar un sólo centavo de las enormes ganancias que obtienen las empresas.
Esto es bien conocido por los trabajadores y el pueblo. Diferentes acontecimientos que tienen al movimiento de masas como protagonista de los reclamos y la lucha, son los que le están poniendo la verdadera temperatura a la lucha de clases.
Los petroleros y docentes en la Patagonia, los pescadores de Mar del Plata, el conflicto de El Tabacal en Salta, la pueblada de Humahuaca, las movilizaciones en el Chaco y las numerosas movilizaciones autoconvocados del jueves pasado -entre otras-, son acontecimientos en donde la clase obrera y el pueblo se manifiestan abiertamente en contra de las políticas de este gobierno, confrontando desde el hartazgo el mandato de los monopolios.
En el marco del paro nacional de los trabajadores estatales convocado para el próximo 11 de octubre y la jornada de movilización ese mismo día a la Plaza de Mayo, hacemos un llamamiento y exhortamos a los trabajadores a movilizarnos, desde cada lugar de trabajo y con la experiencia unitaria que estamos construyendo desde abajo, exigiendo:
* La inmediata derogación del impuesto al salario, el salario no es ganancia.
* Basta de mentiras con las asignaciones familiares, la reciente modificación es una nueva confiscación a nuestros salarios.
* Por un verdadero aumento salarial sin topes ni cuotas, basta de porcentajes miserables que se come la inflación.
Movilicémonos por nuestros reclamos en una sola lucha. Profundicemos la confrontación contra los monopolios y su gobierno, que no soluciona absolutamente ninguno de nuestros verdaderos problemas. Hagamos oír nuestros derechos políticos. Nuestra dignidad como trabajadores y como pueblo está en nuestras manos.