Discutir, deliberar, movilizar, organizar y oponer fuerza obrera y de trabajadores en general contra la decisión de sostener el impuesto al salario es una tarea central que debemos abordar.
El impuesto al salario es lisa y sencillamente una baja de salarios. El gobierno puede disfrazarlo de “solidaridad” de los trabajadores que más ganan con los trabajadores que menos ganan, tal como lo afirmó ayer el ministro de trabajo, Tomada, quien pidió un esfuerzo a los trabajadores para atender a los más necesitados. ¡Ni una palabra sobre los miles de millones que a diario expropian los bancos a los esfuerzos de todo el pueblo, y las fábricas e industrias en general en donde los trabajadores dejamos nuestra sangre y nuestro cuero!
También nos bajan el salario quitándonos el salario familiar que es un derecho ganado con luchas y sangre de trabajadores. Con parte de ese dinero pagan las asignaciones universales por hijo a los sectores que no tienen trabajo o que están marginados por la burguesía y su gobierno de turno que sostienen esta sociedad capitalista que los expulsó y los condenó a vivir en la pobreza más absoluta… ¡Y luego, los burgueses y su gobierno exigen “solidaridad” a los trabajadores!
Pero ellos, los monopolios, no tocan sus ganancias, los bancos no tocan sus rentas, los funcionarios del Estado siguen acrecentando su patrimonio con sueldos millonarios, coimas, negociados, etc. sin tocar un centavo de sus ingresos. ¡Todos los funcionarios son millonarios empezando por la presidenta!
La palabra solidaridad para ellos no existe, ni los trabajadores debemos pretender que alguna vez la burguesía y sus gobiernos sean solidarios.
Así están planteadas las cosas: de un lado la burguesía monopolista, su gobierno y funcionarios alcahuetes arrebatando los ingresos de los trabajadores y pueblo para hacer sus negociados. Del lado de enfrente, los trabajadores y el pueblo luchando para lograr una vida digna y hacerlos retroceder en sus pretensiones. Éste es el único idioma que entienden los monopolios y su gobierno.
Por eso, el día 10 de octubre tenemos una jornada en la que nos debemos manifestar con fuerza contra el impuesto al salario. Todos los trabajadores y pueblo unido para tumbarles el impuesto al salario. Hay que trabajar sin demora y agitar en todos los rincones del país. En cada fábrica, en cada empresa, en las calles, en los barrios, desde hoy hay que agitar, movilizar y organizar la fuerza necesaria que haga posible tumbar ese impuesto y por salario familiar para todos los trabajadores.