“¡Pueblo, lucha, ellos beberán tu sangre!”, coreaban los manifestantes mientras golpeaban tamboriles en las calles de Atenas, en varias movilizaciones que sumaron más de 50 mil ciudadanos contra de las medidas de ajuste que intenta instrumentar el gobierno y que como viene ocurriendo, derivó en una fuerte represión policial. La huelga general estuvo cargada de bronca e indignación, en donde no faltaron bombas incendiarias arrojadas contra el Parlamento.
El paro había sido convocado por las principales centrales obreras, y forzó el cierre de las escuelas y universidades, demoró vuelos y afectó a la mayoría de los servicios; el transporte se sumó simbólicamente para no perjudicar la concurrencia de ciudadanos a la protesta. Comerciantes y farmacéuticos, maestros, trabajadores de la aduana y mecánicos, entre otros, se unieron a las protestas.
Grecia suma dos años de duros recortes al gasto público y aumentos en los impuestos. El gobierno heleno prevé ahora un nuevo recorte de 11.500 millones de euros para el bienio 2013/14, caratulado como paquete de austeridad por los monopolios, y padecido como más y peores postergaciones para el pueblo griego.
Paralelamente a esto, miles de españoles volvieron a la calle, en medio de las encendidas felicitaciones del gobierno a la policía por la dura represión de la semana pasada. Estas movilizaciones son un verdadero desafío a la prepotencia y a la soberbia monopolista, que lo único que pretende es que los pueblos paguemos sus crisis.
La concentración anterior había acabado con una dura represión, balas de goma y camiones hidrantes. La misma reclamaba la dimisión del gobierno por su política de recortes y austeridad que “está dejando al país en la miseria”, como afirmaban algunos carteles. Los choques con la policía dejaron 35 detenidos y 64 heridos.
Vergonzosamente, el gobierno llegó a calificar de “golpistas” a los manifestantes y les advirtió que cometían delitos punibles con hasta un año de prisión, si hacerse cargo de las barbaridades que ellos mismos hacen. Muestra de la debilidad política en la que se encuentran, no han tenido mejor idea que infiltrar las movilizaciones, lo que ha sido denunciado abiertamente y ha tomado estado público. Un video muestra a una persona siendo apaleada por los antidisturbios que de pronto los encara y les reprocha: “¡Soy un compañero, coño!”. Las imágenes y textos con el desarrollo de los hechos recorrieron el mundo entero y están en las portadas de los principales medios.
“No tenemos miedo”, reiteraban los protagonistas de las movilizaciones, manteniendo el propósito de “Rodear el Parlamento” en abierto desafío al gobierno.
Estos gobiernos y tantos otros, fieles instrumentos al servicio de los monopolios, son los que se encuentran hoy acosados por la enérgica lucha y la expresión masiva de la movilización, como ya lo hemos señalado, en diversos lugares del planeta
Esas luchas y esas movilizaciones son las que ponen blanco sobre negro la absoluta incapacidad del capitalismo de ofrecer soluciones, porque éstas van a contrapelo de su propia razón de ser, que es la ganancia a costa de la explotación de los pueblos y el saqueo de los recursos del planeta.
Las luchas de los pueblos cuentan hoy con una tendencia creciente, avanzando, tumbando la mentira y los inventos del poder. Vale la pena repetirlo: los pueblos del mundo han comenzado a transitar un viaje de ida, hacia la búsqueda de la libertad del Hombre.