Mañana, 8 de Octubre, se cumplen 45 años de la muerte del gran POLÍTICO REVOLUCIONARIO Ernesto Che Guevara; y produce una gran indignación ver cómo la prensa burguesa se hace eco de ello tergiversando y tomando aspectos secundarios de su figura, olvidando el tremendo significado (como no podía ser de otra manera) que constituye el legado político-ideológico del Che. Lo embelese, la burguesía, como si fuera una estrella del mundo del espectáculo, presentándolo como una figura mítica, a lo cual pareciera que da lo mismo hablar de él que de El Principito, o algún excéntrico aventurero, pretendiendo reducirlo a un simple producto comercial.
No menos grave son algunas posiciones pequeño burguesas que presumen de marxistas y que tratan de reducir su figura al “guerrillero heroico”, al tiempo que desde el oportunismo siempre rechazaron los cambios violentos que toda revolución encarna en los marcos decisivos de la lucha de clases. Los mismos que se escandalizaron con la gesta del Che en ese momento, son los mismos que hoy lo colocan como una figura ensalzada en el bronce.
Pero lo que se busca, en las más diversas expresiones, es disfrazar y esconder lo que en realidad se constituyó en una de sus más extraordinarias virtudes que fue su capacidad política y teórica, con un compromiso científico, en la búsqueda y defensa constante de cómo la clase obrera se iba dotando cada día, en todos los cambios y procesos, de una aproximación cada vez mayor para generar una sociedad socialista capaz de sentar las bases materiales para arribar al comunismo. Él fue capaz de dar su vida en pos de sus convicciones. Pero no en su muerte, sino en su vida, le entregó horas y horas de sacrificio en el estudio, en los escritos, en largos debates y agotadoras jornadas de trabajo despojado de todo tipo de privilegios.
Sus debates sobre el incentivo moral como un aspecto esencial en el avance y desarrollo de la producción, con el intento constante de profundizar cada vez más en el involucramiento de las masas en la construcción, participación y decisiones de la nueva sociedad, donde constantemente planteaba que la realización del individuo en una nueva sociedad se daba cuando su esfuerzo se centraba en la realización del colectivo.
Estas virtudes del Che estuvieron impregnadas de un sello característico, que fue la unidad entre el pensamiento-palabra-acción, partiendo que la mejor enseñanza era la práctica.
Nos dejó un ejemplo de lo que debe ser un comunista, siendo su preocupación central y por sobre todas las cosas, el hombre por sobre cualquier cuestión. Visiones éstas que lo llevaron a criticar a la URSS, que se había desviado de la concepción socialista; pues no compartía la concepción del Partido Comunista Soviético que partía del cálculo económico y desde la teoría del valor en la economía, en una supuesta sociedad donde el objetivo era la eliminación de la explotación del hombre (crítica fundamentada en los Cuadernos de Praga). Dichas críticas lo llevaron a vaticinar, con mucho pesar, la caída de la URSS, y a terminar enfrentado duramente con las concepciones estalinistas.
Pero más allá de que los hechos históricos le hayan dado la razón, sus aportes y premisas teóricas hoy tienen más vigencia que nunca, lo cual se constituye en un deber de todo revolucionario profundizar y estudiar el Che político; pues nos encontramos en una etapa de la lucha de clases en el mundo entero donde se hace imprescindible abrazar los legados de este hombre que al igual que Marx, Engels y Lenin, han dotado al proletariado mundial de una ciencia que sin duda nos arma para encontrar más rápidamente, caminos certeros que lleven a la humanidad a su emancipación.