Barack Obama, presidente de los EEUU, tras la masacre de Connecticut, salió a dar un discurso con cara de compungido. En el mismo decía: «Nuestros corazones están devastados. La mayoría de los fallecidos son niños de entre 5 y 10 años. Tenían una vida por delante: cumpleaños, graduaciones, bodas« y secándose las supuestas lágrimas que tenía en los ojos cerró su discurso diciendo: «Hoy a la noche Michelle y yo haremos lo mismo que harán todos los padres: abrazar a sus hijos, aunque haya padres que ya no lo puedan hacer».
Todos los medios masivos de comunicación, tanto de Estados Unidos como del mundo entero, hacían la misma pregunta engañosa: ¿Cómo puede suceder un hecho de tal magnitud? Y en el mismo momento en que el presidente de los EEUU, daba su “emotivo” discurso, los principales bancos de EEUU y del mundo comercializaban con la plata de narcotráfico y de la venta de armas en el planeta. También en ese mismo instante se exportaban enormes contingentes de armamentos para sostener la política guerrerista de EEUU. Exactamente en ese mismo instante millones de niños, también de entre 5 y 10 años, como mencionaba Obama en su discurso, morían por hambrunas y enfermedades provocadas por la devastadora pobreza que genera el capitalismo en el mundo. También en el mismo momento que Obama se secaba “sus lágrimas”, una enorme cantidad de bombas y ráfagas de ametralladoras destrozaban cuerpos de seres humanos en diferentes países invadidos por marines yanquis mientras que también eran enviados más buques de guerra a Libia, y más armamentos en zonas donde peligra el poderío imperialista por los levantamientos obreros y populares contra los regímenes opresores de países Árabes y del norte de África, como en Egipto y Siria. También en ese mismo instante miles y miles de Iraquíes y palestinos recordaban a sus familiares muertos por causa de invasiones imperialistas, donde también muchos de los muertos tenían una vida por delante, cumpleaños, graduaciones y bodas a las que también hacia referencia el presidente Obama. No casualmente, en ese mismo momento, se estaban filmando una enorme cantidad de películas de guerra en Hollywood, donde por su puesto la CIA y los soldados yanquis iban a proteger al mundo del mal.
Otra noticia que recientemente recorría el mundo fue la multa que tuvo que pagar el banco The Hong Kong and Shanghai Banking Corporation (HSBC), por haber sido “descubierto” por la justicia de EEUU, de lavar dinero de carteles mexicanos del narcotráfico. Como si fuera exclusividad solamente de un solo banco el lavado de dinero proveniente de la venta de droga y de armamentos al mundo y como si esos que ellos llaman “carteles mexicanos”, no fueran los mismos Estados de los países imperialistas. El asunto terminó cuando el banco pagó la multa de 1900 millones de dólares y uno de sus gerentes pidió disculpas y anunció que próximamente iban a tener más controles.
Y así podríamos seguir anunciando infinidades de cosas que se sucedían, generadas por la explotación capitalista en el mundo, en el mismo instante que Barack Obama “creía no comprender” cómo había sucedido tal hecho.
En este caso, 27 personas más, de las cuales 20 eran niños, entre las que se incluye al joven de 20 años que causó tanta muerte en un acto demente, son nuevas víctimas de un sistema en estado de putrefacción, donde el desprecio por la vida de los seres humanos es total frente a la ambición y prepotencia de la oligarquía financiera mundial. Por lo tanto la única respuesta a semejante hecho no tiene otro nombre que no sea: EL CAPITALISMO.