Esconden el verdadero origen y el objetivo del llamado modelo “Nacional y Popular”.
Hace pocos días, un niño de la comunidad Qom fue asesinado en la provincia del Chaco. La reacción ante el criminal hecho fue la movilización en reclamo de justicia, no sin antes incendiar la comisaría local.
Ayer, un joven de 16 años, integrante de la comunidad aborigen Qom La Primavera, falleció en Formosa después de agonizar durante cuatro días. Juan Daniel Asijak había sido hallado herido el sábado por la mañana a la vera de la ruta nacional Nº86. Después de ser atendido en un sanatorio de la zona, fue derivado al Hospital Central de la capital provincial, donde murió el miércoles por la tarde, por haber sido golpeado con brutalidad.
“Ya no sabemos cómo cuidar a nuestra gente”, dice el comunicado de La Primavera. Un mes atrás, en la misma ruta, fallecieron Celestina Jara (49) y su nieta, Lila Coyipé, de casi un año, atropelladas por un auto que manejaba un gendarme. Ambas iban en una moto que conducía Ricardo Coyipé, un activo dirigente Qom, que resultó ileso.
Hace 15 días, otro joven fue atropellado en circunstancias sospechosas. En 2010, miembros de la comunidad, que exigían tierras en la ruta 86, fueron reprimidos y en los choques, fallecieron el líder Roberto López y un policía. Luego de la protesta, otros dos dirigentes Qom, Mario López y Mártires López, también fallecieron atropellados. El propio Díaz, al que la nueva muerte sorprendió lejos de su comunidad, sobrevivió hace unos meses a la embestida de una camioneta
Las acciones criminales ejecutadas desde arriba, recibirán respuestas masivas de protestas. Nada quedará como hasta ahora, las comunidades no responderán silenciosas y pasivas. Todo el entorno popular afectado por las mismas políticas que favorecen la concentración económica encabezada por las instituciones del Estado, deberá enfrentar a las nuevas Instituciones que vienen desde abajo y con nuevos avances de organización autoconvocada.
La democracia directa que se viene extendiendo por estas regiones se está convirtiendo en un doble poder, como única garantía de poner freno a la atrocidad que recae sobre el Hombre y la naturaleza.