En medio de una calentura cada vez más visible y expuesta, en millones de argentinos, se expresa la decisión a luchar por aumentos salariales, con paros en muchos casos ya concretados, apenas comenzado el mes de enero.
Y no es para menos: golpea “cuerpo y alma” el descomunal aumento de precios y el saqueo de nuestros bolsillos que año a año venimos padeciendo y que se “coronó” con los recientes “aumentazos” y “tarifazos”.
Inmerso el gobierno de la burguesía en una crisis política sumamente aguda, una vez más, la señora presidente “se acordó” de los pobres en la cumbre energética de los Emiratos Árabes. En un cónclave de oligarcas, plagados de lujos a costa de la explotación y el empobrecimiento de cientos de millones, dispuestos a hacer negocios sin medir ningún tipo de consecuencias. Hablar de los pobres y dar consejos de responsabilidad moral a los líderes mundiales es más que una pose, es decididamente una burla.
«Los líderes del mundo tienen la obligación de mejorar la calidad de vida de sus compatriotas» dijo, y agregó: «además de mejorar el medio ambiente, debemos tener realismo y compromiso para combatir la pobreza».
Debemos decirlo para que no haya ningún tipo de suspicacias: no creemos que sea una autocritica…, por el contrario, es una reafirmación de que el discurso del engaño es la única herramienta que tiene.
Por ello, la responsabilidad que le toca como dirigente de su clase, es abrochar los grandes negocios en ciernes, con base en el petróleo, la soja y los servicios financieros, entre popes de la oligarquía financiera, favoreciendo a costa nuestra las ya abultadas riquezas que poseen.
Mientras tanto, de este lado del mundo, mucho más “terrenal” y concreto, ya nadie espera que lleguen esas “mejoras” a nuestras condiciones de vida; porque por más que lo pregone una y mil veces, nunca llegan.
Si la hipocresía tuviese nombre, la primera letra sería la C de Cristina. Según las “estimaciones” del gobierno y su “índice de pobreza”, si un trabajador cobra un salario en mano (luego de los descuentos), de $3.000, no es rico pero sí, es no-pobre.
Si la familia de este trabajador se compone de 4 miembros, cada uno tendría que vivir al mes con 750 pesos; si a su vez, esta suma se divide por los 30 días correspondientes, cada miembro tendría que sobrevivir por todo concepto con 25 pesos diarios. Está claro que en vez de tener una familia no-pobre, tendríamos 4 miserables viviendo en familia.
Después presentan otros salarios, que comparados con los anteriores, en apariencia suenan a suma importante…¡¡¡ 8.000 pesos suenan importantes!!! (ya sean producto de la suma de los salarios del matrimonio donde ambos trabajen o del trabajo de uno de ellos). En el mejor de los casos (sin meternos en los descuentos y el impuesto al salario), esa familia de cuatro miembros tendría que vivir con 2.000 pesos por cabeza al mes, es decir, “menos miserable” que su par, pero pobre al fin, como su par. Cada uno tendría que arreglárselas para vivir (es decir: viajar, comer, estudiar, vestirse, asearse, pagar la proporción de alquiler, gas, luz, agua, rentas, etc.), con la magnífica suma de 66,6 pesos diarios.
¿A qué pobres se refiere Cristina cuando habla de pobreza? No lo sabemos, pero se puede afirmar que a la clase obrera no la considera “en la pobreza”, por ende, no los considera pobres. Sin embargo, este mapa que damos a grandes rasgos, es el de la verdadera pobreza en nuestro país, y pone de manifiesto que está compuesto fundamentalmente por millones de trabajadores.
La pobreza de la que habla Cristina involucra directamente a la clase obrera. Son pobres la inmensa mayoría de los explotados por el yugo del capital, ganen 4.000, 9.000 pesos o incluso más. Pensemos solamente en las riquezas y ganancias que generamos, y que se apropia la oligarquía.
La pobreza no se refleja solamente en la parte de la población marginada y sumergida en las peores condiciones de miseria, sino en la masa laboral en su conjunto. Cuando la presidente se llena la boca hablando de pobreza y se hace la preocupada por ellos, queda expuesta, con toda su hipocresía a cuestas.