“Cuando se abre la flor, al olor de la flor, se le olvida la flor…”, dice la canción.
Y eso es lo que siempre pretende la burguesía dando vueltas la realidad para meterla en el saco de sus conveniencias y dominios.
Así, cuando se trata de cualquier hecho protagonizado por el pueblo, los verdaderos protagonistas son borrados de un plumazo para pasar a ser ellos, los burgueses, los actores del suceso.
El reciente asesinato de la joven Karen Campos de Junín, o el crimen del joven de Capilla del Señor en el Partido de Exaltación de la Cruz, y la extrema situación de inseguridad que a diario vive la gente del pueblo argentino por la proliferación del delito a mano de la corrupción del Estado y el poder de los monopolios que son la fuente del mismo, sembrando droga y negocios millonarios a costa de las vidas del pueblo en las localidades y millones de barrios que forman los conglomerados urbanos, se desdibuja, en los grandes medios masivos y las declaraciones de funcionarios, detrás de los problemas políticos entre el gobierno nacional y los gobiernos provinciales y/o municipales.
Tal como ocurre con la flor ante su olor, el problema real del pueblo desaparece ante el olor nauseabundo de las contradicciones burguesas y sus instituciones.
Pero las movilizaciones populares reflejando el odio y la impotencia contra la policía y el poder político local, son la mejor escuela de los pueblos que, en horas, asimilan lo que muchas veces se tarda años en aprender.
Por ese camino se van transformando en movilizaciones organizadas y orientadas con un fin claro y destituyente, y ese camino no tiene marcha atrás en los procesos históricos que cabalgan sobre la descomposición del sistema.
Los intentos desesperados de la burguesía de desvirtuar las movilizaciones y las luchas van cayendo en saco roto, uno a uno.
Los mismos sólo sirven para que los medios armen su grotesco espectáculo de cámaras y trucos fotográficos propagando detalles que muestran las cámaras quietas con círculos rojos mostrando cómo fulano y sultano estuvieron presentes y la velocidad con la que aparecieron mengano y perengano aunque no son originarios de tal o cual localidad en donde ocurrió el hecho.
Pero, a pesar de esos manotazos de ahogado, en forma creciente y sostenida, el pueblo va transitando el camino que debe. El de la movilización y la lucha autoconvocada en contra de las instituciones del Estado en todos sus niveles (nacional, provincial y municipal), que son las que diariamente le impiden vivir dignamente y en paz. Porque, a través del Estado es que nos llegan todos los problemas que hacen nuestra vida un martirio.
Es el Estado al servicio de los monopolios y no la ausencia del Estado la causal de todos los males que padecemos y por eso es que contra el Estado y contra los monopolios que lo sustentan que tenemos que luchar para acabar con los crímenes contra el pueblo, por seguridad, por elevar nuestro nivel económico, por salud, por vivienda…en suma, por una vida digna.