Publicamos una carta enviada por un trabajador; en ella se expresan profundos sentimientos que surcan hoy a nuestra clase obrera y que ponen sobre la mesa, no sólo el estado actual de la lucha sino los desafíos inmediatos del proyecto revolucionario.
“Los políticos y organismos que dicen representar luchas ecológicas, sociales, políticas, etc., tienen millones para hacer carteles y publicidades en diarios, revistas, spots televisivos… y lo usan para hacer promesas que después rompen…
El pueblo va a votar, sabiendo que es todo un sistema de cosas, montado y orquestado por personas que eligen a los candidatos, tanto del oficialismo como de la oposición. Son elegidos por los que orquestan una ilusión prefabricada de una supuesta democracia, que en realidad sigue siendo servil en el mundo a un puñado de grandes empresas, compactadas y organizadas para el crimen mundial: hambre, narcotráfico, venta y uso de armas, explotación, industrias que destruyen y devastan todo sin piedad alguna, ni por la tierra y ni por los seres que la habitamos y la habitarán. El capital con el que cuentan para intentar llevar adelante sus planes (a pesar de la crisis permanente y sistémica en que se encuentra el capitalismo), proviene de nuestro trabajo, y de todos los impuestos que nos cobran (en los peajes, el agua, la luz, la nafta, el gas)… Y todo va a parar a las empresas, de quienes se oculta a sus dueños, no se llaman “Rockefeller Company”, tienen nombres y sociedades anónimas, respaldadas por un sistema de leyes desprovistas de toda justicia”.
“A su vez, manejan los juzgados, las cortes y las leyes que se votan en el Congreso; por ende, las votaciones hechas por “nuestros representantes” en realidad las hacen siguiendo un plan que implanta un sistema cada vez más injusto, y al que no le importa si se lleva puesto a una inmensa parte de la población. Intentan hacer pasar sus ideas y su visión del mundo como la única posible: la envidia, el crimen, el chisme…; se difunden por los noticieros, héroes de circos romanos, como jugadores de fútbol, farándula o paparazis; y se reconoce como “meritorio” valores como la apariencia o la competencia. Pero nunca la solidaridad de clase, de los que trabajamos, ni dar sustento a los demás si lo necesitan; el “gran objetivo” que nos quieren infundir es por el lujo, por viajar por el mundo consumiendo sus porquerías».
“Enseñan a obtener dinero y a acumular. Todo el sistema educativo ha sido diseñado por personajes ocultos tras una careta de falsa moral, y hasta los valores del bien han sido tergiversados por una televisión que propaga todo tipo de corrupciones. Mientras, la población está siendo reducida con hambre y otras estrategias: diversas enfermedades, alimentos transgénicos, químicos y sustancias artificiales, drogas legales e ilegales… en busca de una esclavitud científicamente planificada. Por supuesto que los que hacen el bien son difamados, pues demuestran que se puede seguir luchando y resistiendo, dando más vida.”
“Son innumerables estos aportes. Un ejemplo de ello es la lucha contra el cáncer, pues en Argentina se está ocultando el descubrimiento de la vacuna cns629. Diversas manipulaciones trabajan unidos para difamar al científico Nestor Corsi, motor de la vacuna polivalente que tiene como base la unión del ácido fórmico de las hormigas coloradas con sales preciosas del oro, y que actúa como estimulante, no especifico, en el sistema inmunológico (tratamiento efectivo comprobado en distintas partes del mundo). Pero la medicina oficial y mercantilizada no sana, la medicina de los grandes monopolios es un paliativo pero no cura, porque si no, se acabaría el negocio. Ellos piensan y actúan en función del único Dios que conocen: la ganancia. Desde el 24 de febrero del 2012, Corsi está preso sin condena (como tantos otros) en un penal de la provincia de Córdoba”.
“Por eso digo que la respuesta a todos los engaños, sigue siendo popular y autoconvocada. Levantándonos en contra de todo esto, las luchas autoconvocadas en nuestro país buscan de alguna manera representarse a sí mismas, sin intervención de partidos políticos ni iglesias; continúan en su ofensiva antimonopólica y ante los peligros de la megaminería y los ríos contaminados, Monsanto y tantos otros. Y allí, claramente se distinguen dos sectores de lucha: de un lado los monopolios y sus sirvientes intentando cada vez con menos éxito, engañarnos.
Del otro lado, los trabajadores y el pueblo mientras van logrando sus conquistas aspiran cada vez a más dignidad. Y simultáneamente, vamos aprendiendo e inventando nuestros propios valores como pueblo. Hablamos de la solidaridad como hermanos de clase, de compartir la toma de decisiones sobre el qué hacer en cada caso y de la acción directa en un pie de igualdad”.
“De a poco, pero a paso firme, se van rompiendo una serie de cadenas mentales, ideológicas y nos vamos expresando cada vez más, tal cual nuestra esencia. Y un día, voy a gritar junto al pueblo íntegro que no se dejó engañar por la hipnosis planificada… será justicia, juntos venceremos!
Y si nos ponemos de acuerdo, ese monstruoso sistema dirigido por los monopolios y susrepresentantes (que no son los nuestros) desaparecerá… y si nos ponemos todos de acuerdo, llegará la verdadera paz para el Hombre”.