El golpe de los monopolios, nuestro Partido y la fuerza del pueblo

Nuestro Partido, guiado por la luz del marxismo-leninismo, y en estrecho contacto con las masas populares alertó que se venía el golpe militar y la aplicación del “Plan Cóndor”. A continuación citamos un análisis y propuesta al pueblo del PRT, anterior al 24 de Marzo:

El Combatiente N°205. Miércoles 25 de febrero de 1976:

“Alerta ante el ataque militar.

Compañeros:

El ejército opresor está a punto de lanzar un ataque general contra la clase obrera argentina.

En conocimiento de los siniestros planes enemigos, nuestro Partido denuncia:

  1. Por orden de los generales contrarrevolucionarios se realizará próximamente un gran operativo nacional contra los activistas de fábricas y gremios. (…)
  2. El objetivo de este plan es impedir la lucha obrera por sus reivindicaciones salariales, impedir la justa resistencia a los planes de superexplotación y hambre que las empresas están aplicando y que intensificarán aún más.

Es el momento de cerrar filas, preservar a los activistas y dirigentes combativos (…) organizar la resistencia sistemática, actuar sobre los soldados y suboficiales, hablándoles, coreándoles consignas apropiadas, llamándolos a no colaborar con los militares asesinos y movilizarnos masivamente, con energía e inteligencia en defensa de nuestros derechos y del pan de nuestros hijos.  ¡Fuera los milicos de las fabricas!”

El P.R.T. (como también hizo este pueblo combativo)  resistió y luchó aportando su cuota de sangre que fue necesaria para que hoy estemos de pie levantando bien alto las mismas banderas de liberación del hombre. Este “Plan Cóndor” (plan imperialista para toda Latinoamérica) significó, en lo inmediato, ir cerrando otra situación revolucionaria en la cual muchos pueblos de América venían madurando las condiciones para la toma del poder político. En el mediano y largo plazo este plan significó la dominación de los Estados por parte de la oligarquía financiera transnacional. Significó una brutal redistribución de las riquezas del país, concentrando y centralizando como nunca antes se había tenido registro. Superexplotación, deuda externa, entrega de las palancas de la economía nacional, impuestos al pueblo son solo algunas de las tantas formas que aplicó el capitalismo para intentar mantener su ganancia.

Sin embargo, el 24 de marzo de 1976 marca también un proceso de larga data, lento pero muy profundo, que es el de vaciamiento de contenido y destrucción de todas y cada una de las instituciones del sistema capitalista.

Desde el odio popular hacia el Ejercito, pasando por el poder judicial, policía, partidos políticos, iglesias, sindicatos, diputados y senadores, medios de comunicación masiva. Todas y cada una de estas instituciones están muertas de sentido histórico.

Son las mismas instituciones que por acción u omisión permiten que hoy (2013) tengamos 5.000 procesados, que haya desaparecidos como Julio López o Luciano Arruga y tantos más; que tengamos leyes impuestas por el Grupo de Acción Financiera (GAFI) como es la ley antiterrorista o el espionaje denominado Proyecto “X”. Así también está la Iglesia corrompida por los negocios y la pedofilia. Como lo están partidos y sindicatos que son vistos por todo el pueblo como una gran banda de ladrones mafiosos que viven a costa de nuestro trabajo y de entregar nuestras riquezas. Sin embargo, estas no son iniciativa de la burguesía muy bien planificadas y minuciosamente pensadas, sino que son una acción dentro de una defensiva mundial, dentro de tantas iniciativas que se les hacen agua por la lucha de clases y por la falta de expectativa del movimiento de masas a cualquier cosa que quieran implantar.

Este proceso de fallecimiento de las instituciones ha sido lento, pero ya está dando vida a una nueva institucionalidad popular, de las masas laboriosas. Con la democracia directa como método (única democracia verdadera) y con el objetivo de lograr una vida más humana, acorde con nuestras potencialidades como país. Lo que ya nació y va dando sus primeros pasos es el pueblo auto convocado dirigiendo sus propios destinos. Emancipándose.

Por esto, recordar y reivindicar a los 30 mil que cayeron por un país liberado de las cadenas burguesas es sentir en lo más hondo que somos un pueblo que esta continuando con aquella gesta y que no murieron en vano. Siguiendo fielmente la ley de la naturaleza esos 30 mil compañeros aportan hoy al nacimiento de la nueva sociedad: la sociedad socialista.

¡¡¡30 mil compañeros presentes, ahora y siempre!!!

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