Ocultada por los medios y el gobierno provincial, la crisis política y social en el oeste formoseño, que ya lleva 2 largos meses, continúa sin solución de continuidad y ha venido para quedarse.
El cese de los bloqueos y toma de las plantas petroleras instaladas en Potrillo, Tte. Fraga, El Chorro y Palmar Largo, en una tregua por 10 días para el cumplimiento de las demandas (trabajo, viviendas, agua, centros de salud con enfermeras y médicos, con ambulancia y medicamentos), otorgada al gobierno provincial por las comunidades Wichis, no ha significado el final del conflicto en el departamento de Ramón Lista.
A pesar de que del gobernador Gildo Insfrán salió con bombos y platillos a anunciar por la prensa secuaz «el final del conflicto, el levantamiento de las medidas de fuerzas y la inminente respuestas afirmativas a todos las demandas de los originarios» y que movilizó a sus “caciques punteros” para “parar los indios”; los últimos días, las comunidades y criollos del oeste fortalecieron los bloqueos de la Ruta Nacional 81 y las rutas provinciales de la región. Tomaron la planta de agua potable en General Mosconi; sabotearon las redes de distribución de energía eléctrica, lo que afectó a varias localidades de la zona. Tomaron las escuelas primarias de frente a las terroristas políticas represivas lanzadas por el gobierno de negar la educación a los niños hijos de los participantes en las tomas y bloqueos. Continúa la toma de la municipalidad de General Mosconi, exigiendo rendición de cuentas al intendente, de los gastos municipales, del fondo sojero y del dinero que habría ingresado al municipio por regalías petroleras. «O rinde cuentas o que renuncie. Si no sirve que se vaya».
El actual escenario de lucha agudiza la crisis de la burguesía, que desde su lógica clientelista no le encuentra la punta de la madeja para desmantelar el conflicto, y lleva a que cada sector intente sacar el mejor rédito para su «negocio»: sus políticos pujan en los medios por quien es el artífice de los «virtuales» éxitos en las negociaciones con seudos dirigentes del conflicto.
Mientras tanto, los pueblos del oeste formoseño, con su acción en el enfrentamiento político con la burguesía y su Estado, marchan construyendo la unidad indispensable en el camino de la revolución.