El paro como medida de fuerza.
En la actualidad, dos provincias siguen dando pelea a los gobiernos provinciales por un aumento salarial superior al impuesto por el gobierno: Chaco y Neuquén.
En ambas provincias, cuestionan a los funcionarios Capitanich y Sapag, y los instigan a que se vayan si no resuelven la situación con los docentes.
En la provincia de Chaco, el gobernador mandó a reprimir a los docentes que, apoyados por padres y distintas organizaciones sociales, cortaban la ruta interoceánica, que es la más importante transitada por camiones de las empresas que producen en la zona.
Los compañeros del Chaco, resolvieron tomar una medida de fuerza que atente contra los intereses del Estado provincial al servicio de los monopolios pegando en los negocios que entre ellos hacen a costa del pueblo. Por este motivo, el gobierno decidió usar sus fuerzas para reprimir. Tanto la policía como gendarmería que supuestamente son fuerzas para garantizar la seguridad del pueblo, se hicieron presentes para pegar con palos y llenar de gases la ruta, cortada por docentes que luchan por un sueldo que les permita vivir.
El gobernador salió a decir que no tienen por qué quejarse los docentes del Chaco, ya que son unos de los mejores pagos del país, perciben $2.637 pesos por una jornada simple. ¿Capitanich viviría con ese salario?
En Neuquén, los docentes también resolvieron los cortes de la ruta 22 como medida de fuerza. La misma es altamente transitada por los camiones de las empresas que llevan la producción local.
El gobierno de Sapag amenazó con reprimir ya que los camiones de la zona no tienen otro camino alternativo. Este mismo gobierno extorsiona con los descuentos que ya le han realizado a los docentes, para quebrar la lucha y empobrecer aún más los hogares neuquinos.
En ambas provincias lo resuelto es continuar con los cortes hasta que los gobiernos correspondientes convoquen a resolver la situación, dando el incremento solicitado que va de un 30% a un 35% de aumento en un solo pago.
Ellos atentan directamente contra nuestros intereses: nos descuentan los días de paro, nos aumentan miserias en cuotas, nos pagan después de meses trabajados, etc. Nosotros tenemos que resolver medidas de fuerza, allí donde tienen los intereses puestos. Ellos no gobiernan para el pueblo y los trabajadores, son burócratas de las empresas, donde están las verdaderas ganancias. Es hora de atentar directamente contra sus intereses, de hacerles incómodas sus tareas como funcionarios, de presionar por lo que nos corresponde ahí donde tienen sus intereses puestos, y s i no dan respuesta, se tendrán que ir.
El paro como medida de fuerza, sirve en tanto y en cuanto, por medio de la movilización generemos que los funcionarios se muevan en función de nuestros intereses. Si es sólo para mostrar el ausentimo o la adhesión desde las escuelas, la medida es débil, ya que es sabido, por las condiciones en las que trabajamos, que no les interesa que el pueblo se eduque.
Un paro activo son días para difundir la situación, para debatir con padres y alumnos en las escuelas, para involucrar a toda la comunidad educativa: padres, alumnos, vecinos, comerciantes de la zona, auxiliares, compañeros docentes. A todos nos afecta esta situación, no sólo a los docentes, por eso, es tarea nuestra, profundizar la lucha, extenderla a toda la comunidad educativa, sumar fuerzas, para salir a la calle a mostrar la disconformidad que tenemos, evitando así que las riendas del conflicto las lleven adelante los dirigentes gremiales que en lugar de ser combativos dan treguas y se “solidarizan” con el gobierno.
De tal forma el paro, como medida de fuerza, no será mal visto, nadie pensará que es la oportunidad de descanso en las casas de los docentes, y seguramente contará con la adhesión de los padres, porque será más fácil entender que no somos nosotros los que dejamos sin días de clases a los niños, sino que son ellos, los funcionarios gubernamentales a quienes no les importa la educación del pueblo porque la consideran un gasto, y por ello la precarizan más y más, incluida nuestra situación como docentes.
Debemos sacar el conflicto a la calle el conflicto, para que el pueblo se entere masivamente y así contrarrestar las campañas de mentiras del gobierno. De tal forma la lucha saltará el aislamiento con el que pretenden cercarla. Debemos tener presente que sin fuerza popular no hay transformación que pueda lograrse. El cambio es posible, la solución la vamos a encontrar, generando unidad e involucramiento masivo en este conflicto.