Un informe de la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) difundido el 14 de mayo pasado, da cuenta que en 2012 se produjo un nuevo récord en el monto de Inversión Extranjera Directa (IED) en la región, el que ascendió a 173.361 millones de dólares, un 6,7% que el registrado en 2011. El informe agrega que este proceso se dio «…Pese al contexto externo de marcada reducción de estos flujos mundiales». Esto es lógico si se tiene en cuenta que el flujo a los países «centrales» se redujo un 22,5% respecto de 2011; las entradas de IED en EE.UU. cayeron un 25,3% y en la Unión Europea un 24,8%. El estudio de la CEPAL confirma que las mayores inversiones de las trasnacionales en la región, en el monto global, se han dado en el sector de la explotación de recursos naturales (fundamentalmente agricultura, minería y petróleo). En nuestro país, la composición sectorial acumulada a finales de 2011 era petróleo 20%; minería 6%; agro e industria 44%; servicios 30%. En el plano de la renta de estas inversiones, el informe aporta un dato significativo: entre 2002 y 2011, la renta generada en EE.UU., la UE y Japón apenas se duplicó, mientras que las rentas generadas en las regiones denominadas «en desarrollo» se cuadruplicó. El papel de América Latina en ese proceso derentabilidad ha sido importantísimo, sobre todo apuntalado por las inmensas rentas del sector minero; en 2012 el valor de la renta alcanzó los 105.000 millones de dólares, lo que representa el segundo valor más alto de la historia. Los giros de utilidades a las casa matrices alcanzaron un 55% en los últimos cinco años, mientras el 45% restante se reinvirtió en las filiales que las generaron. El documento es mucho mas amplio y con datos tan interesantes como los que aquí volcamos. Lo que está ratificando este estudio son varias cuestiones, a saber: – La trasnacionalización de la economía se ha profundizado en la última década, por lo que las peroratas de «soberanía» de los gobiernos de la región son palabra hueca. – Las rentas que se obtienen de las inversiones en nuestra América suplen con creces la disminución de utilidades del capital trasnacional en otras regiones del planeta. – El destino principal de la inversión trasnacional en los productos primarios y recursos naturales confirma el saqueo y la destrucción que vienen a realizar a nuestros países, con la anuencia de los gobernantes de todo pelaje. – En nuestro país en particular, la IED en 2012 aumento un 27% respecto de 2011, lo que confirma que el capital trasnacional sigue siendo el sector de la oligarquía financiera que domina el proceso económico y echa por tierra el sueño de la «burguesía nacional». La «oleada» de gobiernos progresistas no han tocado un ápice de la estructura económica capitalista; por el contrario, son parte de la competencia interimperialista mundial en la que la rentabilidad que consiguen aquí los capitales mundiales terminan supliendo las pérdidas que esos mismos capitales sufren en otras regiones del mundo en medio de la crisis del sistema capitalista. Los Estados monopolistas son bocado de esta trasnacionalización, por lo que los gobiernos, «progresistas o no tanto», en los hechos, están cumpliendo el papel que les cabe en la estructura capitalista mundial. Un viejo militante, otrora revolucionario de un país hermano, se animó a declarar hace unos años: «No se trata de cambiar el capitalismo, sino de gestionarlo mejor». El informe de la CEPAL nos muestra con claridad los resultados «gestionar» al capitalismo. Estos son y seguirán siendo los resultados mientras el sistema capitalista siga en pie; no hay forma de redimir al sistema, solo queda destruirlo antes que termine por destruirnos a nosotros los pueblos que, con nuestra sangre y trabajo, lo sostenemos.