Todos los pueblos del mundo tienen un potencial revolucionario, en Australia y en Canadá hay explotados y oprimidos, son pueblos sumidos bajo Estados Monopolistas y al igual que otros pueblos del mundo son agobiados por políticas globalizadas y azotados bajo tormentas de luchas interimperialistas.
La lucha de clases es incomparable, Sra. Presidente. A ningún pueblo se lo debe humillar subestimando su historia. No estamos ni mejor ni peor que esos pueblos, aunque usted no esté “enterada” esos pueblos están luchando y se están movilizando, son pueblos que como el nuestro, están unidos por la indignación contra los Estados que atacan nuestra dignidad.
Somos proletarios y trabajadores que nos ha unido el espanto del Capitalismo. Su Capitalismo monopolista, Sra., presidente, al que Ud. sirve, y el que hace tiempo que se ha apoderado del Estado. Esos monopolios que no tienen fronteras y que para producir un coche en sus infinitas autopartes se instala en donde mejor explota al obrero, incrementando su ganancia con más productividad.
Esa producción global no sólo nos hace sufrir, también crean las bases necesarias para la unidad de los obreros del mundo, de los trabajadores del mundo y se expande como una onda incontenible de lucha y de nuevas expresiones revolucionarias.
Nuestra clase obrera, nuestro pueblo sabrá aportar a esa revolución social que se está incubando hasta en los parajes “más remotos” del planeta. Somos proletarios que no estamos mejor ni peor, somos explotados y ese es el común denominador que pesará en el futuro inmediato. Somos parte de ese torrente en el que se encuentran los Australianos y los Canadienses. Somos parte de una unidad histórica que se está gestando en grandes enfrentamientos anticapitalistas.