En la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe, los vecinos han compuesto agrupaciones de “vecinos autoconvocados”, en muchos barrios, para defenderse de la inseguridad. Los hechos delictivos se han incrementado vertiginosamente en estos últimos años a causa del crecimiento espantoso de la pobreza y el auge de los negocios de narcotraficantes de manera alevosa.
Estos vecinos autoconvocados hicieron un profundo recorrido por todas las instituciones y legalidades. Aprendieron por medio de la experiencia que dichas instituciones no sólo nos dejan desprotegidos, sino que “ni siquiera tienen voluntad política” para resolver nuestros problemas.
Es por ello que hoy más que nunca se reúnen, se hacen llamar autoconvocados, se comunican con los grupos autoconvocados de otros barrios y están dando un ejemplo de democracia directa.
En las reuniones se plantean temas centrales para construir una nueva sociedad; se llegan a conclusiones acordes a las experiencias propias y de otros barrios; se plantean qué acciones son las adecuadas o acordes a la estrategia adoptada; se proponen paliativos para llevarlos adelante en la comunidad barrial y se declaran a los funcionarios como personas “no gratas” o directamente “no útiles” (políticos, ministros, comisarios de seccionales policiales)
Si tenemos en cuenta que hasta hace un par de años las reuniones por la inseguridad en los barrios se articulaban con gendarmes a la cabeza o se invitaban a comisarios, para trabajar juntos, esta actitud de calificar a los funcionarios y fuerzas policiales como “no gratos” o directamente “no útiles” connota el enorme avance de las masas sobre las instituciones inoperantes, corruptas y descompuestas de la burguesía. Asimismo puede observarse, por todo lo antes dicho, cómo la burguesía sigue hundiéndose en su crisis política.
Un vecino reflexionaba sobre esa debilidad política de los funcionarios políticos en materia de seguridad:
Los políticos se ven en la necesidad de negociar con la policía, dejando en manos de ésta ciertas libertades. De este modo la policía se dedica a diversas tareas ilícitas, siempre y cuando garanticen el cuidado de los intereses de los que más tienen. Y hace el vecino la siguiente observación:
“Como ustedes pueden comprobar en Santa Fe no hay robos a bancos, sí a la gente…las famosas salideras”
Ante estas comprobaciones concretas de la realidad, los ciudadanos se están planteando la necesidad de sustituir las funciones del estado, “porque ya no podemos esperar nada de arriba”. Cuesta aceptar la idea de que es absolutamente necesario tomar el control del estado. Es necesario desterrar el concepto de estado que imprimió la burguesía en las mentes. Pero al final surge la conclusión: si los que tienen el poder no trabajan para nuestras necesidades, entonces “no nos queda otra salida que hacerlo por nosotros mismos”. No conforme con ello, solamente, los vecinos desean con rabia y ansias “hacerles pagar el costo político” a los que no cumplen con nosotros. Tal es así que cuando el ministro de seguridad de la provincia de Santa Fe, Lamberto, visualiza a los vecinos autoconvocados, de los distintos barrios de Rosario, “huye despavorido”, “se escapa porque lo sobrepasa la situación”.
Los grupos autoconvocados proponen unirse para actuar conjuntamente y se comunican permanentemente por las redes sociales, visualizándose ante el resto de la población. Interactúan, enriqueciéndose entre ellos, al mismo tiempo que difunden la organización autoconvocada.
Entre otras cosas, se había dispuesto por votación hacer una caravana hasta Gobernación e increpar, con la presencia de los canales de televisión, cara a cara, a los funcionarios. Esta caravana y convocatoria había sido dispuesta para el miércoles 7 de agosto, pero, lamentablemente, el 6 de agosto a la mañana hubo una espantosa explosión de un edificio entre las calles Salta y Bv. Oroño, pleno centro de la ciudad, que provocó un saldo de 21 muertos, muchos heridos y pérdidas de hogares. Por solidaridad y respeto a la atención que los vecinos de Salta y Oroño necesitan en estos momentos, la caravana de los autoconvocados se suspendió, pero afirman que “no vamos a claudicar” y se unen al dolor y la movilización de los damnificados.
Es cierto que es doloroso padecer todos los días las injusticias del sistema capitalista… pero no es menos cierto que somos portadores del germen de una nueva sociedad.