El caos en el trasporte ferroviario se evidenció esta semana con dos realidades contrapuestas que existen entre los miles de trabajadores y el pueblo bonaerense que se moviliza en este medio de trasporte, y el “relato” los funcionarios del gobierno nacional de turno.
El día lunes pasado, la Coordinadora de Tercerizados Ferroviarios realizaron un corte desde el mediodía de este lunes en las vías 3 y 4 de la estación de Temperley, cortando el servicio desde allí hacia las cabeceras de Ezeiza y Korn, demandando la reincorporación de 200 trabajadores despedidos por persecución gremial, y la efectivización de casi 2000 trabajadores tercerizados. La demanda irresuelta es la misma que, el 20 de octubre de 2010 en el marco de una movilización de trabajadores, fue agredida por una patota paraestatal y le quitara la vida a Mariano Ferreyra y dejara al descubierto la corrupción y los negocios entre el sindicalismo empresarial encabezado por José Pedraza y el gobierno.
El martes, los medios cubrían como un accidente mas, como si nada tuviese que ver con las condiciones laborales, que un maquinista del ferrocarril Belgrano Cargas moría luego de que una rama atravesara la cabina de conducción. Al tiempo que la Auditoría General de la Nación “descubría” que la gestión de Jaime, en el 2012, compró trenes inservibles a España por 200 millones de euros y se pagaron coimas y sobreprecios que pasaban a engrosar los bolsillos de los funcionarios de gobierno.
Por el otro lado, la propaganda oficial nos invade y avasalla cotidianamente con “la década ganada y la revolución ferroviaria” mientras permanece sin justicia las dos masacres ferroviarias del ferrocarril Sarmiento.
A todo esto y el ministro Florencio Randazzo desde China hablaba de miles de millones de euros y responsabilizaba a los trabajadores ferroviarios de la anárquica situación de todo el sistema ferroviario.
Realidades en confrontación y lucha, entre los trabajadores y el pueblo y el de los negocios de la burguesía y sus funcionarios que han empezado a buscar la salida a partir de emprendimiento, por distintos caminos, de la unidad política de los trabajadores y el pueblo, en busca de la salida revolucionaria que ponga la dignidad en el poder y termine con la explotación y opresión.