Como si fuera poco, el anuncio presidencial que afirma que el impuesto a las ganancias no será eximido del aguinaldo en diciembre, es un baldazo más de nafta que le echan al fuego de la bronca que se vive en este último mes del año, producto del acelerado aumento del costo de vida y la enorme crisis política que tiene la burguesía.
En ese sentido, Capitanich argumentó que en agosto pasado, ya habían tomado medidas que supuestamente favorecían a los trabajadores excluyendo del alcance del impuesto a los salarios brutos por debajo de los $ 15.000 y que elevó el mínimo no imponible de quienes cobran sueldos sin descuentos de entre $ 15.000 y $ 25.000. Medida que, en realidad, fue producto de la presión popular generada en las luchas y en la movilización pero que, por consecuencia del proceso inflacionario, quedó totalmente licuada. No obstante, como siempre planteamos, el objetivo de este impuesto, no es otro que una metida de mano en los bolsillos de todos los trabajadores argentinos, ya que el salario no es ganancia.
Pero como todo está atado con alambres en este gobierno, y las medidas que toman están enormemente condicionadas por la lucha de clases, la única realidad es que, anuncien lo que anuncien, la moneda todavía está en el aire.
De la misma manera, no pueden dejar de presentar engañosamente como “subsidios” a los usuarios, lo que en verdad son subsidios a las empresas del transporte público de pasajeros y de servicios de gas, luz, etc. Se la pasan “amagando” que quitarán los mismos para cobrar a los usuarios en forma directa los correspondientes aumentos de tarifas, pero la realidad es que hasta el día de hoy no pudieron transferir dichos subsidios del Estado, al bolsillo de los usuarios, ya que sienten permanentemente el aliento en la nuca de las movilizaciones y enfrentamientos de la clase obrera y el pueblo contra sus medidas de ajustes.
Asimismo, al igual que el libre curso de los planes de ajustes, dependerá de la capacidad de la clase obrera, el pueblo y sus destacamentos de vanguardias, de frenar estas medidas políticas de los monopolios contra los intereses de toda la población.
El nivel actual de movilización y de lucha más la profunda crisis que se ahonda en el poder y el Estado a su servicio, hacen prever que no les será fácil implementar el tan ansiado Ajuste.
¡EL AJUSTE NO PASARÁ!