Los próximos meses serán, sin duda alguna, de toma y daca, de palo y palo, en el escenario de la lucha de clases frente al ajuste del salario (vía devaluación y aumentos de precios) por parte de la oligarquía financiera.
Las primeras “escaramuzas” de esta lucha de los trabajadores y preparación de las fuerzas para ir por más, comenzaron en noviembre pasado con el reclamo generalizado de lo que la burguesía llama “bono de fin de año”.
Muchos sectores lograron este objetivo, entre ellos los aceiteros de San Lorenzo (Santa Fe) que, siendo una de las cabezas, una de las puntas de lanza de esta lucha, conquistó entre $7.200 y $10.080. Se cobraron $5.000 en diciembre y el resto en Enero, más una suma fija sobre de $1.250 para todas las categorías en concepto de adelanto de sueldo, por lo cual la categoría A pasará a cobrar $7.200, B $7.920, C $ 8.640 y D $10.080. Además, para la categoría especial AA la más baja, percibirán $ 6.480 de bolsillo.
El 30 de enero frente a la decisión tomada de efectuar un paro de carácter nacional del sector, las aceiteras, acosadas por el anuncia de la medida de fuerza y el comienzo de ciclo productivo, debieron ceder.
Como “acuerdo puente” lograron un piso de aumento del 26% en la suba en los haberes hasta que se fije el porcentaje final en las paritarias de abril próximo. Lo cual representa unos 2.000 pesos extra. Más una suma no remunerativa de 8.200 pesos por única vez (pagadero en dos cuotas de 4.100 cada una en febrero y marzo) en concepto de gratificación extraordinaria.
El estado de ánimo y la disponibilidad a la lucha de los trabajadores es el escollo que tiene la burguesía para sostener su ajuste y los pone frente a la disyuntiva de confrontar o concretar susnegocios.
Pero los trabajadores, sabedores en décadas de experiencia, que el que sólo resiste es el último que se entrega, de que la lucha económica como único objetivo es una lucha eterna y sin salida, han comenzado a organizar sus fuerzas políticas independientes del Estado y de todo paternalismo, lo cual se convertirán en la punta de lanza del proyecto revolucionario en marcha.