La imagen que encabeza estas líneas parecen salidas de una película sobre faraones… pero no, se trata, nada más y nada menos, que de la Legislatura de la Provincia de Neuquén.
El ingreso a dicho santuario de los negocios se realiza dejando previamente todos los datos del ingresante, al que se le da una tarjetita diciendo que puede entrar. Allí se encontrará con un salón de unos 2.500 m2, con escaleras mecánicas (si, aunque Ud. no lo crea y aunque no tengan ningún sentido en ese lugar, más que el lujo estéril) y fastuosos pisos recubiertos de porcelanato.
Los lacayos de los monopolios, en este caso los legisladores, consideran que su “ilustre” persona no merece menos que una arquitectura digna de un emperador, aunque, claro está, ellos sólo imperan para su ególatra bolsillo, haciéndole los negocios a los monopolios, sin importar cuántos padecimientos nos impongan su codicia y ambición, que los lleva a legislar en contra del pueblo y sólo a favor de la oligarquía financiera internacional.
¿Y qué mejor muestra de que sólo gobiernan para los monopolios y no para el pueblo (al que dicen representar en épocas de elecciones), que el paredón de tres metros que se está erigiendo, en este momento, alrededor del fastuoso edificio?
Así es, los negociados que cocinan en general, y en particular el que se cocina entregando los recursos naturales y los bienes comunes a las empresas petroleras, para que extraigan el gas y petróleo esquisto mediante el sistema de fracking, contaminando el agua, el suelo, el medio ambiente con químicos cancerígenos y mutagénicos (es decir, que nuestros bebés pueden nacer con malformaciones graves) y el temor que tienen a la manifestación popular, los ha llevado a un acto casi histérico: levantar un murallón de tres metros alrededor del fastuoso edificio expresando claramente QUE EL HORNO NO ESTÁ PARA BOLLOS Y QUE SABEN, PERFECTAMENTE, QUE SUS POLÍTICAS SON CONTRARIAS A LAS ASPIRACIONES POPULARES.
Uno pensaría que, si alguien afirma representar una mayoría, no debería temerle… sin embargo, claramente son ellos mismos los que nos confirman que no es para nosotros para quienes legislan, sino para una minoría monopólica que hace negocios con nuestra vida.
Ellos construyen estos paredones cuando el terror al pueblo los hace retroceder, temen que los contagiemos de alguna enfermedad incurable, saben que el levantamiento popular arrasará con su clase y sus símbolos. ES A LA MOVILIZACION POPULAR Y LA LUCHA A LA QUE TEMEN.
La opulencia y esplendor de estos palacios ofenden la sencillez del pueblo trabajador. Los días por venir son de lucha el pueblo ganará las calles, haciendo que ellos teman también a los paredones.
Porque ellos legislan para los monopolios y nosotros luchamos por una vida digna.