Desde el viernes 21 de febrero hasta el domingo 23 se llevó a cabo en la localidad de Fernández Oro la «Fiesta Provincial de los Obreros de la Fruta».
Hubo grupos locales, artesanos, actividades que suelen haber en ese tipo de eventos.
Sin embargo, lo que no hubo, lo que estuvo ausente en esa «fiesta» a la que nos “invitan” los dueños del poder y sus lacayos, es que en realidad, si dependemos de sus políticas y sus planes, los trabajadores y el pueblo no tenemos nada que festejar.
¿Qué podemos festejar cuando tenemos más de 600 compañeros despedidos? ¿Qué tenemos para festejar si a Solano lo desaparecieron Expofrut y sus secuaces por reclamar el robo de su salario? ¿Qué tenemos para festejar si nos condenan a tomar el agua envenenada del fracking? Agua que también envenenará la producción y por lo tanto, nuestra fuente de trabajo.
¿Y qué vamos a festejar si en noviembre del año pasado el sindicato de López cocinó un 22% de recomposición salarial, cuando veníamos en medio de un proceso inflacionario y ahora, luego de la devaluación que arrasó con el 30% de nuestros magros sueldos, se niega a volver a discutir salarios, sabiendo como saben que detrás de los trabajadores se cierne el fantasma de la desocupación generada por los despidos?
Son los monopolios y sus políticos los que festejan las fabulosas ganancias que obtienen con nuestro trabajo. Nosotros, los obreros y el pueblo festejamos nuestra lucha, festejamos cada vez que los hacemos retroceder y muerden el polvo, festejamos cuando sus planes se deshacen porque chocan con la férrea decisión popular de no dejarlos avanzar, festejamos cuando damos un nuevo paso en la unidad que tanto necesitamos; y festejamos que desde diferentes rincones del país, cada vez toma mayor fuerza la antorcha de una alternativa revolucionaria que nos libere de una vez y para siempre del despojo y el saqueo capitalista.