Cinco días de bloqueos de la ruta que une Cochabamba – Oruro – La Paz, en el occidente, y de Santa Cruz de la Sierra – Trinidad, en el oriente, llevaron adelante los mineros agrupados en la Federación Nacional de Cooperativas Mineras de Bolivia (Fencomin) -tambien llamados “mineros informales”-, en rechazo a la ley enviada al parlamento por el ejecutivo que le da el monopolio al Estado, para la concesión de la explotación minera a compañías intencionales.
Con violentos enfrentamiento con la policía que dejó dos mineros muertos, -rematados con disparos en la cabeza por las fuerzas represivas después del enfrentamiento el pasado lunes en Sayari-, 132 heridos, vehículos policiales quemados y tres policías tomados como rehenes en el departamento de Cochabamba. El Gobierno del presidente Evo Morales decidió suspender el tratamiento de la norma en el Senado y llamo al diálogo.
Los permanentes enfrentamientos de los trabajadores y el pueblo contra la oligarquía financiera entronizada en el poder que domina las políticas antipopulares emanadas por el gobierno y el parlamento destinadas a destruir las “viejas” estructuras clasistas que ya no son funcionales a los intereses de la globalización e imponer sus leyes y adecuar el Estado para subordinar a todo el pueblo a su absoluta dominación política y económica. Se han encontrado con la lucha, la movilización y la masividad de las clases populares que no le dan tregua en su rechazo.
Hoy fueron los mineros cooperativistas, ayer los trabajadores mineros, las comunidades por el derecho al gas, los docentes y estatales por los escalafones laborales y mañana será cualquier ley que perjudique al pueblo, y frente a ello, siempre lucha, masividad, organización
Hoy los trabajadores y el pueblo boliviano viven, al igual que nuestro país y el resto de los pueblos de mundo capitalista, frente a la disyuntiva de de dar esta batalla por la humanidad desde atrás de la historia o enfrentarlos con el futuro; combatiendo a la burguesía monopolista desde la viejas estructuras de opresión y explotación que dominaron hasta ayer, o dar un “salto” en la historia hacia la revolución y comenzar a cambiarla.