El barrio Lasalle de la localidad de González Catán cómo tantos otros es foco de inequidades sociales padecimientos de todo tipo y color a los que se suman realidades cada vez más duras, los cortes de luz son una constante, la falta de transporte, la falta de centro de salud y la falta de agua potable. Este es uno de los tantos barrios que convive cercanamente con la CEAMSE (Coordinadora Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado) y sus napas están totalmente contaminadas. Por si faltara algo hace unos meses sufrió una feroz inundación por el desborde de un arroyo adyacente. Estos y otros temas comenzaron a ser tema de preocupación de los vecinos o mejor dicho colmó la paciencia de todos; y si bien estos recurrían a los cortes de ruta cada vez que el barrio quedaba sin luz y fundamentalmente después de los últimos temporales, la falta de respuestas derivó en una autoconvocatoria de vecinos en la placita del barrio.
Lograron mediante una nota al titular del SEOCA (Rubén Ledesma) en la que intimaban al mismo que pode los eucaliptos del predio recreativo de los empleados de comercio -cercano al barrio- que por los fuertes vientos cortan los cables que suministran luz a la zona, caso contrario se verían en la obligación de cortar la ruta evitando el acceso a este predio de sus afiliados. Los vecinos vieron satisfecha la demanda pero con un toque de arrepentimiento ya que parece que el titular del sindicato se asustó tanto con el pedido de los vecinos que dejó los eucaliptos totalmente mochos. Esta humilde pero constante asamblea, con algunos vecinos referenciados, comenzó a tomar decisiones por los problemas del barrio. El lunes 17 de marzo a las 7:20 de la mañana una nena de 13 años se dirigía al colegio cuando fue raptada por dos personas armadas que la llevaron en colectivo al barrio de Constitución. Rápidamente los padres recurrieron a la comisaría después de que dos compañeras le preguntaron al hermanito de la nena que concurría al mismo colegio que pasó con su hermana y este respondió que estaba en camino pero jamás llegó. Un docente de ese establecimiento comentó que esto hubiese pasado desapercibido si la nena hubiera tenido el hábito de ratearse, pero no era el caso, por lo que se movieron rápidamente. La indignación y la desesperación fue mayor después de que en la comisaría le contestaron a los padres que había que esperar las famosas 48 horas de transcurrida la desaparición para luego considerar la búsqueda. Esta respuesta fue más desesperante que la propia desaparición, ya que es la diferencia entre recuperar a la nena o no verla nunca más. Automáticamente los familiares de la piba recurren a la asamblea autoconvocada que es la que se encarga que este hecho tome estado público y establecer en un estado de alerta y movilización una red de notificación.
El milagro ocurrió por mérito de la chica que por un descuido de los captores logra escapar, recurre a un policía –honesto afortunadamente- que da notificación de su aparición mediante la denuncia a través de la fiscalía. Esto trajo alivio a todos pero no calmó la indignación ante las respuestas de la comisaría de González Catán, los vecinos realizaron una marcha desde el barrio hacia la comisaría donde los recibe el comisario con un arsenal de escusas. Una cosa queda clara para los vecinos del barrio Lasalle ante la no respuesta a ninguna de sus demandas, es que esa humilde asamblea fortalece su entidad revolucionaria y la expresión de todos los problemas comienzan en la propia manos de los vecinos a encontrar soluciones y un camino hacia una vida digna.