Lejos quedo aquella fachada “progresista” del gobierno Kirchnerista, que seducía a ciertos sectores de la izquierda y el progresismo, con declaraciones de tinte “popular” y con el disfraz de paladines de los derechos humanos. Luego de la aprobación e implementación de la Ley antiterrorista, el escándalo del Proyecto X, y el encarcelamiento y persecución a más de 6.000 luchadores populares, no conformes con esto, el gobierno, a pedido expreso de Cristina Kirchner, a través de su discurso y a obediencia y conveniencia de los intereses de la oligarquía financiera, propone un nuevo proyecto para “regular las protestas sociales”.
Luego de que en uno de sus “elocuentes” discursos, a principios del mes pasado, la presidente, haya solicitado una “norma de convivencia”, que frene los cortes de rutas y calles y la toma de fábricas y edificios públicos, en lo inmediato un grupo de legisladores, no se tardaron en presentar proyectos de ley que atienda al pedido de su jefa de Estado.
No por casualidad, fue el diputado Juan Manuel Pedrini, ex ministro de gobierno en Chaco, de Jorge Capitanich, quien tomó la iniciativa, presentando un primer proyecto, que apunte a cargar contra las protestas sociales; ya que no sólo es hombre de las entrañas del flamante jefe de gabinete, sino que conoce muy bien la situación en su provincia de origen, donde la movilización y lucha del pueblo chaqueño no le da tregua al gobierno de los monopolios.
Lo cierto es que esta es una muestra más del pantano político, en el que está hundido el gobierno de los monopolios, frente a la profunda crisis política, que les provoca la creciente lucha de la clase obrera y el pueblo.
Porque mientras que a través de los años, la burguesía y su gobierno, tuvieron y tienen como objetivo profundizar los niveles de empobrecimiento y explotación, la respuesta de la clase obrera y el pueblo argentino, lejos de ser pasiva, por el contrario acrecienta sus aspiraciones por conquistas económicas y políticas.
Por lo tanto el gobierno, fiel a los intereses de la oligarquía financiera, frente a la avanzada del movimiento de masas en lucha, en vez de preocuparse por dar respuestas inmediatas a los justos reclamos por mejores salarios, trabajo digno, salud y educación y todas las reivindicaciones que apunten a una vida digna, “el gobierno de los derechos humanos” está preocupado por reprimir las protestas sociales, para que el capitalismo en la Argentina siga garantizando su curso normal de funcionamiento.
Ahora, el gobierno sale a hablar abiertamente de represión, como si no lo hubieran hecho durante todos estos años en las innumerables represiones, persecuciones y encarcelamiento en movilizaciones y a los luchadores populares. Pero como la situación así lo demanda, pretenden blanquear su verdadera esencia, basada en la violencia de un Estado al servicio de los monopolios, que proteja sus intereses, frente a la amenaza de los pueblos cuando luchan por su liberación.