El miércoles pasado se llevó adelante una nueva marcha de los obreros en paro Ingenio San Isidro, lo que sería el preludio del quiebre de la intransigente voluntad política de la empresa monopolista, de no negociar con los trabajadores sus reclamos.
Los trabajadores salieron en caravana por las calles de Campo Santo, movilización encabezada por la imagen de San Isidro Labrador y acompañada en forma solidaria por vecinos, comerciantes, remiseros, y la comunidad de todo el departamento de General Guemes. La movilización culminó frente a la parroquia Nuestra Señora de la Candelaria; los curas párrocos del departamento realizaron una homilía en las escalinatas, que puso en rojo todos los semáforos de la burguesía y sus gobiernos frente a la posibilidad de explosión social agudizando, aún más, su crisis política. Esto obligó a intervenir al gobernador Urtubey y al ministerio de trabajo nacional, que dictó conciliación obligatoria y ordenó un resarcimiento por los días caídos en el paro.
En las dos últimas semanas del largo conflicto, la empresa ya acorralada y con su zafra atrasada 15 días, intentó quebrar la voluntad de lucha de los trabajadores, cortándoles la obra social y la farmacias, amenazándolos con el ingreso de nuevos trabajadores, presionando psicológicamente a las familias de los obreros y como siempre, acusando que detrás del paro había intereses políticos por quedarse con la empresa…
Pero la conducta de lucha de los trabajadores, la búsqueda permanente de la unidad con todo el pueblo y la decisión de no dejarse arrebatar la dirección política del conflicto por parte de oportunistas de todos los colores que pretendían llevar agua para su molino, fueron las claves del triunfo de esta etapa de un conflicto todavía abierto.
Publicamos la carta al pueblo con la cual los trabajadores abordaron el reto de la unidad.
«Carta al pueblo de de Salta»
Los obreros del Ingenio San Isidro llevamos más de un mes de huelga sin respuesta por parte de la empresa. Reclamamos para que se mejoren las condiciones de trabajo en materia de seguridad e higiene. También para que se reduzca la cantidad de surcos de los trabajadores de la siembra, ya que el cambio en la modalidad de trabajo hace inalcanzable la producción que exige la empresa para que nos paguen un jornal.
Estamos, asimismo, en medio de una paritaria para discutir los salarios para este año, reclamando 9500 de básico que es el costo que tiene la canasta familiar, es decir lo que debería ganar cualquier trabajador. La empresa, con sus nuevos dueños, está agrandando el negocio y moliendo más caña cada año. Sin embargo, algunos de nuestros reclamos tienen ya muchos años sin solución.
De este ingenio dependemos 700 familias y gastamos nuestro sueldo en el comercio de la zona. Consideramos que si mejoramos nuestro sueldo y nuestras condiciones de trabajo, todo el pueblo se beneficiará.
La empresa está buscando un desgaste, le sobran los recursos pero no quiere dar respuesta al petitorio. Coacciona a los compañeros para que vuelvan a trabajar, dejándonos hasta sin la cobertura de la obra social y, con ello, sin el acceso a la farmacia. Ha salido incluso a los medios a descalificar nuestra lucha y pretende aislarnos para quebrar nuestra organización gremial, la cual no admite entregar los derechos de los trabajadores como vino ocurriendo con las anteriores comisiones directivas del sindicato del azúcar.
Es por eso que pedimos el apoyo de todo el pueblo. Quieren quebrarnos por hambre, por eso que le pedimos su apoyo para el fondo de huelga y la colaboración con mercadería para la olla popular.»
Sindicato de Obreros y Empleados del Azúcar Ingenio San Isidro