En medio de los intentos de chantaje, que montó la burguesía contra los trabajadores en las fábricas, con las masivas suspensiones y amenazas de despidos, donde inclusive en empresas como CALSA, Shell y Gestamp, entre otras, han realizado despidos, la clase obrera lejos de ponerse a la defensiva, avanza en el camino de las conquistas.
Todo apunta a que la burguesía intente aprovecharse de una situación particular, frente a la caída de la producción, producto de la propia crisis económica a la que ellos mismos llevaron y la baja del consumo, tras el achicamiento del poder adquisitivo por el permanente aumento de los precios y una política de inflación galopante sostenida por el gobierno de los monopolios.
Justamente, y no por casualidad, en épocas donde los acuerdos en paritarias están a flor de piel, la burguesía pretende tomar la iniciativa. Pero la clase obrera, no le da respiro.
Mientras que en los planes empresariales con el gobierno de los monopolios, todo apuntaba a utilizar esta situación, para ponerle un techo al aumento salarial, el estado de ánimo en la lucha de clases, dice todo lo contrario.
Lejos quedó aquel intento del gobierno de no superar el 20% e inclusive del acuerdo de los camioneros de un 24%. Ya que en este mismo instante, la burguesía y los sindicatos burocráticos, se están enfrentando con la presión que viene ejercida desde abajo, por los trabajadores. Por lo tanto el nuevo piso en el que se disputa las paritarias, en los gremios que intentan cerrar, es ahora entre el 35% y el 40%
En el caso del gremio de alimentación, los trabajadores van por un 40% de aumento, donde la situación en diferentes fábricas, comienza a recalentarse, con medidas de fuerza. En esa misma línea, los gremios de bancarios, gastronómicos y comercio, también presionados por la situación que demanda la lucha de clases, van por un 40% de aumento. Y asimismo en diferentes fábricas ya han comenzado a recrudecerse las medidas de fuerza como es el caso de la gigantesca planta de Aluar en Puerto Madryn, donde el día jueves llevaron adelante un paro de 24hs exigiéndole a la empresa un aumento de un 40%, pasando por arriba todo intento de especulación del gremio metalúrgico.
Frente a esta situación, la desesperación de la burguesía, se vio reflejada en las palabras del vicepresidente de la UIA, Daniel Funes de Rioja, donde salió en una entrevista, a reclamar al gobierno que intervenga más fuerte en las paritarias, ya que es “su rol”. Es decir, este personaje siniestro, salió a dar una clase de capitalismo monopolista de Estado, exigiendo al Estado, que ejerza su rol de garante de sus intereses.
Sin dudas, todo intento de la burguesía de tomar la iniciativa política, se ve empañada por el calor de la lucha de clases en la Argentina.