La burguesía monopolista está enceguecida y perdida ante la tenaz lucha de nuestra clase obrera.
Ése es el auténtico contexto en que se está dando el conflicto de GESTAMP, pues en este preciso instante, con la connivencia de la justicia, el gobierno a través del Ministerio de Trabajo de Tomada y la maldita policía, ante la decidida acción de 9 compañeros despedidos que tomaron el puente grúa de GESTAMP más los demás despedidos que están en la puerta de la fábrica, tuvieron que frenar la producción no sólo de GESTAMP sino también de VW que se vio obligada a suspender por 3 días a los trabajadores por falta de partes.
Impotentes por esta situación, recurren a la amenaza de hacer desalojar a los trabajadores por la fuerza, convencidos de que si conceden un reclamo que dé salida a este conflicto significará una fatal derrota para la burguesía.
Tal es la debilidad política de ésta que, desde hace una semana, viene vacilando con este problema, pues ni las patoteadas del sinidicato les sirvió y ahora se hacen los valientes viendo cómo intentan instrumentar con el poder de todo el aparato burgués una represión a la cual los compañeros, expresan sin duda, su disposición a confrontar.
Así están dadas las cosas en un marco donde la clase obrera no está dispuesta a retroceder.
Desde estas páginas llamamos a que se denuncie en todos los ámbitos esta situación.
Los negociados de ellos y sus movidas para tener aplastada a la clase obrera y súperexplotarla aún más, es un problema de ellos. A esta altura, hagan lo que hagan, están sufriendo una derrota política de la que no pueden despegar. El hecho que realizan los obreros de Gestamp marcará a fuego los próximos conflictos y enfrentamientos. Y eso es inevitable para el curso de la lucha de clases en nuestro país.
El problema nuestro, es decir de la clase obrera y el pueblo, es avanzar con la más amplia unidad y la decisión firme de confrontar sabedores que es el único camino que tenemos.
MOVILICÉMONOS A RODEAR A GESTAMP Y HACERLES SENTIR NUESTRO CARIÑO Y APOYO A LOS OBREROS Y EL ODIO A LA BURGUESÍA